Cuatro de cada diez trabajadores más jóvenes abandona en menos de un año por los bajos salarios y falta de flexibilidad

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Introducción

El artículo de El País expone un fenómeno creciente en el mercado laboral español: cuatro de cada diez trabajadores jóvenes abandonan su puesto en menos de un año, motivados principalmente por salarios bajos y falta de flexibilidad. El texto sitúa como actores centrales a los jóvenes empleados, las empresas que mantienen estructuras rígidas y el mercado laboral como sistema que regula y reproduce estas dinámicas. El trasfondo es una tensión entre expectativas generacionales y realidades económicas, lo que revela un conflicto entre estabilidad y precariedad.


Análisis filosófico

1. Creatividad (Bergson, Whitehead)

  • Desde Bergson, la renuncia temprana al empleo refleja un impulso vital creativo (élan vital) que rechaza lo estático y busca experiencias laborales que permitan fluidez y autenticidad. La duración bergsoniana se rompe cuando el trabajo se vive como tiempo fragmentado y alienante.

  • Whitehead permite ver esta dinámica como parte de un proceso creativo universal, donde lo nuevo (expectativas de flexibilidad, conciliación y sentido) intenta encontrar armonía con lo ya establecido (estructuras laborales tradicionales). La falta de integración genera tensiones y fugas.

2. Disrupción y poder (Deleuze, Foucault)

  • Con Deleuze, el abandono laboral puede leerse como una línea de fuga: un escape de los jóvenes frente a sistemas rígidos que niegan la diferencia. Este gesto, aunque fragmentado, es disruptivo porque cuestiona la norma del “aguantar” en condiciones precarias.

  • Desde Foucault, el discurso empresarial que justifica bajos salarios como “inevitables” funciona como un régimen de verdad que mantiene relaciones de poder. El artículo visibiliza cómo el conocimiento económico legitima prácticas que sostienen la precarización juvenil.

3. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)

  • Jonas obliga a preguntarse: ¿qué responsabilidad tienen empresas y Estado hacia las generaciones futuras? Si el trabajo se mantiene como espacio de precariedad, se compromete no solo el presente, sino también la capacidad de los jóvenes de proyectar vidas sostenibles y dignas. La ética del futuro se ve vulnerada.

4. Sistemas complejos (Luhmann, Morin)

  • Desde Luhmann, el mercado laboral es un sistema autopoiético que se retroalimenta: la falta de flexibilidad genera rotación, lo que a su vez mantiene la inestabilidad. El periodismo, al reportar estas dinámicas, refleja y refuerza la autoobservación del sistema.

  • Morin invita a mirar el fenómeno como parte de una crisis sistémica más amplia: salarios, productividad, digitalización y cultura generacional no son elementos aislados, sino componentes interconectados que requieren un pensamiento complejo.

5. Tecnología, transparencia, autoexplotación (Byung-Chul Han)

  • El texto alude implícitamente a un trasfondo haniano: los jóvenes huyen de modelos que conducen a la autoexplotación —contratos flexibles que en realidad implican disponibilidad total, salarios bajos que exigen dobles empleos, y una cultura de rendimiento perpetuo. La falta de flexibilidad no solo es estructural, sino también psicológica, pues niega la posibilidad de gestionar el propio tiempo.


Oportunidades y riesgos

Oportunidades:

  • El fenómeno puede impulsar un debate sobre nuevas formas de empleo que integren flexibilidad, conciliación y dignidad salarial.
  • Refuerza la necesidad de repensar el contrato social laboral, incorporando ética de la responsabilidad intergeneracional.

Riesgos:

  • Aumento de la precariedad estructural, con efectos en pensiones, consumo y cohesión social.
  • Posible normalización de la rotación laboral como parte del sistema, en lugar de corregir sus causas.
  • Generación de una brecha mayor entre expectativas juveniles y narrativas empresariales, lo que puede derivar en desafección política y social.


Conclusión

El artículo muestra un conflicto central de la modernidad laboral: la disonancia entre aspiraciones creativas y estructuras rígidas de poder. Bajo la mirada filosófica, se revela un fenómeno donde la huida de los jóvenes no es mero capricho, sino un acto disruptivo que cuestiona los fundamentos de un sistema laboral que parece incapaz de garantizar futuro. La clave está en articular una respuesta ética y sistémica que reconcilie creatividad, responsabilidad y dignidad.