1. Introducción breve
El artículo, publicado hoy (8 de septiembre de 2025), aborda el preocupante aumento de los delitos sexuales cometidos por menores en España. Según la Fiscalía General del Estado, estas conductas han crecido de forma sostenida desde 2017, alcanzando 3.283 casos investigados en 2024, un incremento del 3 % respecto a 2023. La experta en género, la profesora Esperanza Bosch, subraya la necesidad de impulsar una educación afectivo-sexual basada en la igualdad en colegios e institutos.
2. Aplicación de perspectivas filosóficas
2.1 Creatividad (Bergson, Whitehead)
Desde Bergson y Whitehead, la creatividad humana surge de la capacidad de proyectarse hacia el futuro; la falta de formación ética en sexualidad infantil sugiere una creatividad desviada o incapacitada. La cosificación temprana de las mujeres limita la proyección emocional auténtica, vulnerando el potencial creativo de las relaciones humanas.
2.2 Disrupción o poder (Deleuze, Foucault)
Foucault comprendería esta problemática a través del poder disciplinario ejercido desde los medios digitales: menores internalizan modelos pornográficos que disciplinan su comportamiento sexual, transformándolo incluso en violencia. Deleuze hablaría de “sociedades de control” donde la auto-normalización de conductas agresivas sexuales ocurre a través de la exposición constante e incontrolada al contenido pornográfico.
2.3 Ética y responsabilidad (Hans Jonas)
Jonas defiende una ética del futuro, donde las acciones deben responder a la responsabilidad de afectar la existencia futura de otros. La exposición temprana a la pornografía y la cosificación sexual violenta comprometen la perdurabilidad de una cultura basada en el respeto y dignidad, violando ese imperativo ético de “lo posiblemente irreversible” en el desarrollo psíquico de menores.
2.4 Sistemas complejos (Luhmann, Morin)
Luhmann explicaría este fenómeno como un producto de sistemas comunicacionales —educación, medios, judicial— que no filtran el contenido tóxico, permitiendo su integración normalizada. Morin lo vería como parte de la complejidad del sistema social actual, donde la digitalización y falta de educación articulan un ciclo retroalimentado de violencia sexual entre menores.
2.5 Tecnología, transparencia, autoexplotación (Byung-Chul Han)
Byung-Chul Han advertiría que la hipertransparencia digital expone a los menores a una autoexplotación sexual. A través de redes, estos jóvenes replican modelos violentos sin conciencia crítica, alentando la desvalorización de la intimidad y la erosión del “sí mismo” en la esfera sexual.
3. Identificación de oportunidades y riesgos
3.1 Oportunidades
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El llamado de Esperanza Bosch a implementar una educación afectiva-sexual en centros educativos abre una vía preventiva fundamental, permitiendo desarrollar valores de igualdad y consentimiento temprano.
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La visibilización del problema puede fomentar reformas legales y pedagógicas necesarias, incentivando la responsabilidad institucional y social.
3.2 Riesgos y sesgos
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La normalización prematura de conductas sexistas puede cristalizar estereotipos violentos que se reproducen sin reflexión. Se trata de una etiología compleja que requiere intervención multidisciplinar.
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El enfoque en las cifras sin abordaje de factores estructurales (como el sistema educativo, la regulación del acceso a pornografía, o el apoyo familiar) podría resultar ineficaz o estigmatizador.
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Existe el riesgo de que estas narrativas alimenten una visión moralista o criminalizante de menores perpetradores, cuando muchas conductas parten de una carencia formativa más que de una patología individual.
4. Generación de análisis coherente
La alarmante escalada de casos investigados por la Fiscalía en 2024 —3.283, un 3 % más que en 2023— junto a la persistencia de la tendencia desde 2017, revela una mutación cultural alarmante (infobae). Esta crisis es el resultado de una intersección de factores: carencia formativa, exposición digital temprana, subcultura pornográfica banalizante, junto a vacíos educativos e institucionales.
Desde una perspectiva filosófica, el problema no es meramente penal, sino simbólico y estructural. Se produce una erosión de los valores del respeto y el consentimiento, moldeada por la tecnología, el control mediático, y la emergencia de una cultura libertaria sin conciencia ética. Sin embargo, es posible intervenir desde la creatividad pedagógica, una educación sexual institucionalmente respaldada, y políticas públicas que articulen valores de equidad y responsabilidad intergeneracional.
Conclusión
Este artículo pone de manifiesto la necesidad urgente de una educación afectivo-sexual transformadora, no solo como respuesta disciplinaria, sino como una reconstrucción ética y simbólica temprana. Urge repensar nuestra relación con la tecnología, los modelos de poder sexual y la formación de adolescentes. Es indispensable instaurar una ética del cuidado, la dignidad y el consentimiento desde edades tempranas.