1. Contexto del texto
El artículo examina el retroceso histórico en el uso del catalán en Barcelona, evidenciado por los últimos datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat). Según el informe, el uso habitual del catalán ha descendido a niveles mínimos desde que se registran datos, mientras que el castellano predomina en la vida cotidiana.
Los actores principales son la ciudadanía catalana (especialmente los habitantes de Barcelona), las instituciones lingüísticas y políticas, y los movimientos sociales que defienden el bilingüismo o la recuperación del catalán como lengua propia.
El texto se enmarca en un debate cultural y político sobre la identidad, la hegemonía lingüística y la convivencia, temas sensibles en la historia de Cataluña.
2. Análisis filosófico por categorías
A. Poder y discurso (Michel Foucault / Antonio Gramsci)
Desde la perspectiva foucaultiana, la lengua es una forma de poder. El predominio del castellano no es solo un hecho comunicativo, sino un fenómeno discursivo que estructura qué identidades son legítimas en el espacio urbano. El discurso mediático sobre el “declive” del catalán puede funcionar como un dispositivo de verdad que naturaliza una jerarquía lingüística.
Con Gramsci, puede entenderse que el castellano ejerce una hegemonía cultural: su uso no se impone por coerción, sino por consenso social y por su integración en el imaginario de modernidad, movilidad y pragmatismo. Así, el bilingüismo se convierte en un campo de disputa simbólica donde se negocian identidades colectivas y pertenencias nacionales.
B. Complejidad sistémica (Niklas Luhmann / Edgar Morin)
Desde la teoría de sistemas, el fenómeno lingüístico no puede explicarse por una sola causa (política o educativa), sino como resultado de interacciones múltiples: economía, migraciones, redes sociales y dinámicas urbanas.
Luhmann subrayaría que el sistema comunicativo catalán (medios, escuela, administración) se autoproduce según sus propias reglas, pero al interactuar con el sistema global —el castellano como lengua dominante del Estado y de los medios digitales—, se reconfigura internamente.
Morin añadiría que la pérdida de uso del catalán refleja una simplificación cultural, una reducción de la diversidad simbólica ante la homogeneización global. La “complejidad” cultural se empobrece cuando una lengua deja de ser medio cotidiano de pensamiento y afecto.
C. Diferencia y devenir (Gilles Deleuze)
El catalán, como expresión de diferencia, encarna una línea de fuga frente al modelo monolingüe del Estado-nación. Sin embargo, el descenso de su uso indica que esta línea de fuga está siendo absorbida por el sistema dominante.
El devenir lingüístico de Barcelona no es estático: está atravesado por procesos migratorios, tecnológicos y culturales que transforman las formas de hablar y pertenecer. Deleuze permitiría ver que esta “pérdida” no es solo decadencia, sino también mutación: el catalán podría devenir otra cosa —una lengua híbrida, digital o simbólica— si encuentra nuevas formas de expresión colectiva.
D. Ética y responsabilidad (Hans Jonas / Hannah Arendt)
Desde Jonas, la preservación del catalán implica una responsabilidad hacia el futuro, pues las lenguas son depósitos de memoria y modos de vida. La pérdida de una lengua supone también la pérdida de un horizonte ético y estético compartido.
Arendt recordaría que la acción política responsable exige aparecer en el espacio público: defender el catalán no debe reducirse a políticas institucionales, sino a la práctica cotidiana, a la decisión de hablarlo como acto de libertad y de pertenencia.
E. Lenguaje y comunicación (Habermas / Wittgenstein)
En términos habermasianos, la coexistencia lingüística debería basarse en una acción comunicativa racional, donde los hablantes reconozcan mutuamente la validez de sus expresiones. Sin embargo, el artículo muestra que esta simetría está deteriorada: el castellano goza de un prestigio funcional que condiciona los “juegos de lenguaje” (Wittgenstein) en los que el catalán queda relegado a contextos afectivos o institucionales.
F. Perspectiva cultural y memoria (Walter Benjamin)
El retroceso del catalán también puede leerse como pérdida de aura cultural: una erosión de la autenticidad de una tradición histórica ante la reproducibilidad técnica (medios, redes, entretenimiento). Benjamin advertiría que la historia se desvanece cuando su memoria viva no se transmite en la lengua que la originó.
3. Riesgos y oportunidades
Riesgos:
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Homogeneización cultural y pérdida de diversidad simbólica.
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Desconexión intergeneracional en la transmisión lingüística.
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Reducción del espacio público plural en favor de la funcionalidad comunicativa.
Oportunidades:
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Replantear el bilingüismo desde una ética de la convivencia.
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Reimaginar el catalán como espacio de innovación cultural y digital (Bergson: impulso creativo).
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Fortalecer políticas que fomenten la comunicación intersistémica (Morin, Luhmann), integrando nuevas formas de uso social.
4. Conclusión
El artículo de Metrópoli Abierta trasciende los datos sociolingüísticos: revela tensiones profundas entre identidad, poder y comunicación. Desde Foucault y Gramsci, la lengua es un campo de lucha por la hegemonía; desde Morin y Luhmann, un sistema complejo que se adapta a influencias externas; y desde Jonas y Arendt, un deber ético hacia el futuro común.
La disminución del uso del catalán no debe leerse solo como declive, sino como síntoma de una transición cultural que exige nuevas formas de creatividad y responsabilidad colectiva.