1. Introducción – Contexto del texto
Autor y fuente: Simon Nixon, destacado analista económico y editor en Wealth of Nations (Substack), con amplia experiencia en periódicos como Financial Times, Wall Street Journal o The Times. Entrevistado por elEconomista tras su participación en un evento de Aspen Institute España .
Tema central: Nixon advierte que la relación entre EE.UU. y China constituye una nueva forma de rivalidad, caracterizada por su intensidad, profundidad y riesgo sistémico, posiblemente más peligrosa que la Guerra Fría clásica.
Actores implicados:
- Estados Unidos: intentando contener el ascenso tecnológico y estratégico chino.
- China: emergente con avances en semiconductores y energías limpias.
- Comunidad internacional: potencial campo de guerra indirecta y proxy wars.
2. Resumen del contenido
-
Interdependencia: ambas potencias están profundamente conectadas —por ejemplo, en chips y minerales críticos—, lo que genera “múltiples puntos de estrangulamiento”.
-
Riesgo sistémico: esta rivalidad abarca comercio, tecnología, información y geografía, elevando el riesgo de conflictos indirectos o “proxy wars”.
-
Lección del caso DeepSeek: la capacidad china de producir chips avanzados marcó un punto de inflexión para EE.UU.
-
Perspectiva futura: el resultado dependerá de alianzas estratégicas y poder blando, esfera donde EEUU mantiene ventaja, aunque bajo la administración Trump podrían cambiar las reglas de gobernanza global.
3. Análisis filosófico por categorías
• Ética y responsabilidad (Hans Jonas)
La rivalidad tecnológica y económica plantea un dilema ético: al activar medidas restrictivas o sanciones, ¿hasta qué punto se sacrifica el bienestar común y la estabilidad del orden internacional? Jonas sugeriría que la obsesión por la seguridad a corto plazo ignora la responsabilidad hacia el futuro común.
• Disrupción y poder (Foucault, Deleuze)
El control estratégico de tecnologías críticas representa un tipo de biopoder global: la capacidad de definir quién tiene acceso, quién crece y quién se estanca. Para Deleuze, estamos ante una nueva arquitectura del control, más difusa y tecnificada, sin bloques geográficos rígidos como en el pasado.
• Sistemas complejos (Luhmann, Morin)
La rivalidad EE.UU.–China opera en múltiples niveles: económico, tecnológico, diplomático, ideológico. Rodrigo emergen bucles retroactivos: embargo, respuesta económica, reingeniería tecnológica, dinámicas que producen efectos impredecibles en todo el sistema mundial.
• Tecnología, transparencia y autoexplotación (Byung‑Chul Han)
El protagonismo tecnológico transforma a los estados en máquinas de eficiencia: presión permanente, vigilancia constante, distorsión informativa (ciberpropaganda). Funcionan con una lógica autoexplotadora que busca dominar cada eslabón de la cadena global sin descanso.
• Creatividad (Bergson, Whitehead)
La rivalidad también impulsa innovación: competencia en semiconductores, energía renovable, inteligencia artificial. Whitehead vería en ello momentos de “construcción de novedad”, que pueden abrir rutas hacia un nuevo orden multipolar más equilibrado.
4. Oportunidades y riesgos
Oportunidades
- Incentivar la cooperación tecnológica y científica evitando una ruptura completa.
- Impulsar alianzas multinacionales (UE, India, ASEAN) que favorezcan una gobernanza compartida.
- Estimular la innovación verde y digital con competencia saludable.
Riesgos
- Bloques económicos que fragmenten el mercado global.
- Escalada a guerra indirecta en territorios o áreas tecnológicas críticas.
- Vulnerabilidad por dependencia en recursos pocos países (minerales, chips).
5. Conclusión
Nixon alerta sobre una rivalidad más profunda y peligrosa que la Guerra Fría, alimentada por conexiones estratégicas y tecnológicas. Filosóficamente, plantea importantes tensiones entre control y responsabilidad, complejidad sistémica y creatividad, eficiencia y ética. El reto está en evitar una competición destructiva y encauzar la interconexión global hacia un orden cooperativo.