1. Introducción – Identificación del contexto
El texto defiende que los grados universitarios deben incorporar formación práctica para mejorar la empleabilidad. Se señala la eficiencia que ofrecen las prácticas en empresas y colaboraciones con antiguos alumnos, como puente entre teoría y mercado. El actor principal es la institución educativa, en diálogo con el entorno profesional.
2. Resumen del contenido
- Objetivo del alumno: formar no solo en teoría, sino en habilidades y herramientas útiles para incorporarse al mercado laboral.
- Acuerdos estratégicos: entre universidades y empresas o egresados para enriquecer los planes académicos con experiencias reales.
- Impacto en empleabilidad: se afirma, a través de fuentes como Educaweb, que quienes hacen prácticas tienen más oportunidades: 91,3 % encuentra trabajo al cabo de cuatro años frente al 87,3 % que no las realiza.
3. Análisis filosófico por categorías
• Ética y responsabilidad (Hans Jonas)
Jonas invita a considerar la responsabilidad sobre el futuro. Formar a estudiantes solo en teoría puede despreciar su inserción real en la sociedad. La universidad, por tanto, debe asumir una ética de responsabilidad social: preparar para contribuir activamente al bien común tras la graduación.
• Disrupción y poder (Foucault, Deleuze)
Aquí emerge una nueva dinámica de poder: la universidad como dispositivo de control y mediación entre el saber y el mercado laboral. Desde Foucault, observo un biopoder institucional que dirige el currículum hacia la productividad. Deleuze, en cambio, señalaría la creación de “mecanismos de control” difusos: establecidos por la colaboración educativa‑empresarial, que rediseñan la experiencia del estudiante.
• Sistemas complejos (Luhmann, Morin)
El enfoque práctico inserta a la universidad en una red compleja: regulaciones, empresas, estudiantes, mercado. Esta sinergia es bidireccional: la universidad debe adaptarse a la lógica empresarial, mientras que las compañías pueden beneficiarse de recursos frescos, creando un sistema evolutivo y complejo.
• Tecnología, transparencia y autoexplotación (Byung‑Chul Han)
La formación práctica intensiva puede generar autoexplotación: estudiantes sometidos a presión por competencias, evaluaciones, currículums competitivos. En ese sentido, la dinámica de formación se asemeja a una lógica empresarial de eficiencia incurable, con transparencia y capacidad de medición constantes.
• Creatividad (Bergson, Whitehead)
Desde Whitehead, la experiencialidad que aporta el “aprender haciendo” genera momentos de innovación: los estudiantes no solo reproducen procesos, sino los reinventan. Bergson lo relacionaría con una potenciación intuitiva de la creatividad, al encarar situaciones profesionales reales que no pueden resolverse exclusivamente desde la abstracción.
4. Oportunidades y riesgos
Oportunidades
- Reforzar la empleabilidad: datos de empleo tras prácticas lo confirman (collegereadyaz.com).
- Estrechar la conexión universidad–empresa, facilitando la transferencia de conocimiento y conocimiento mutuo.
- Impulsar competencias transversales (trabajo en equipo, resolución de casos reales), como también demandaban las empresas hace década .
Riesgos
- Sobreponderación del interés empresarial frente a la investigación libre o el pensamiento crítico.
- Posible precarización del estudiante-becario en prácticas si no existen regulaciones, evocando la figura del “falso becario”.
- Reducción de la universidad a una fábrica de trabajadores, perdiendo su carácter formativo integral y reflexivo.
5. Conclusión
El texto defiende con criterio pragmático una mayor formación práctica, alineada con demandas del mercado. Este giro representa una tensión filosófica: entre responsabilidad social y riesgo de mercantilización, entre lógica de control y surgimiento de creatividad. La clave estaría en equilibrar la preparación técnica con espacio para reflexión crítica, investigación y autonomía estudiantil.