1. Introducción y contexto del texto
El artículo de 20 minutos, publicado el 15 de julio de 2025, enfatiza cómo BlackRock, el gigante global de gestión de activos, emerge como un actor discreto pero de gran influencia en la Bolsa española. Controla alrededor del 4,5 % del Ibex 35, con participaciones significativas —entre el 3 % y el 6 %— en empresas claves como BBVA, Santander, Iberdrola, Repsol, Telefónica y Naturgy. A pesar de no ejercer poder directo en consejos de administración, su escala le proporciona una voz fuerte en las políticas corporativas, especialmente sobre temas estratégicos como energía o transición ecológica .
2. Análisis filosófico
A. Sistemas complejos (Luhmann, Morin)
BlackRock opera como un sistema autopoiético global, interconectado con estructuras financieras, políticas, ecológicas y sociales. Su influencia no deriva de decisiones individuales, sino de una red compleja: fondos pasivos, ETFs y activos públicos conforman un entramado sistémico que modela el comportamiento del mercado bursátil. Desde la perspectiva de Morin, este entramado representa “soluciones transdisciplinarias” a la gobernanza económica que exigen un análisis interconectado.
B. Crítica del poder y vigilancia (Foucault, Byung‑Chul Han)
Aunque BlackRock no ingresa activamente en consejos, su influencia opera a través de un poder discreto y normalizador sobre las grandes empresas. Esto recuerda la noción de Foucault sobre el panóptico: un actor omnipresente que, sin ejercer vigilancia visible, induce conformidad estructural. Además, al fomentar inversiones sostenibles y ESG, podríamos ver aquí una forma de “vigilancia suave” al estilo neoliberal, donde la transparencia se convierte en norma y autovigilancia corporativa .
C. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)
El influjo de BlackRock en sectores como energía o finanzas implica una responsabilidad ética —o falta de ella— frente a la sostenibilidad y equidad social. Según Jonas, cualquier acción en un sistema tan complejo debe adelantar no solo ganancias presentes, sino posibles impactos futuros. Sus cartas anuales y defensa de la transición energética muestran una mirada hacia el largo plazo, pero «el principio de responsabilidad» exige críticamente que no se anteponga el lucro a valores humanos globales .
D. Disrupción, creatividad y devenir (Deleuze, Bergson/Whitehead)
BlackRock representa una línea de fuga dentro del capitalismo financiero: su uso combinado de inversión pasiva (ETFs) y activa permite una hibridación creativa en la estructura del Ibex. Desde Bergson y Whitehead, se aprecia una emergencia creativa al construir un nuevo estilo de poder bursátil —dinámico, difuso y sin rostro visible— que no rompe el sistema, sino que lo resignifica desde dentro.
E. Ontología del lenguaje y subjetividad (Wittgenstein, Habermas)
El discurso público en torno a BlackRock —usado como «dueño real» del Ibex— evidencia una reconfiguración conceptual: “propiedad” y “control” se resignifican como participaciones financieras y políticas implícitas. Esta redefinición refleja la idea de Wittgenstein de que el lenguaje define realidades; y remite a Habermas sobre la necesidad de una esfera pública deliberativa: ¿cómo puede una voz tan poderosa formar parte de una comunicación auténtica y democrática?
3. Conclusión: riesgos, oportunidades y hallazgos conceptuales
Oportunidades | Riesgos |
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Promueve estándares ESG y sostenibilidad. | Su poder difuso podría debilitar la democracia corporativa y pública. |
Genera innovaciones en gestión pasiva y activa combinada. | Ejerce influencia sin responsabilidad directa: opacidad del poder. |
Refuerza idea de globalización financiera con mecanismos responsables. | Su lógica sistémica puede reforzar desigualdades y concentración de capital. |
Hallazgos filosóficos clave:
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La figura de BlackRock evidencia el desplazamiento del poder hacia sistemas complejos y difusos, más que a individuos concretos (Luhmann, Foucault).
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La resignificación de “control” y “propiedad” nos obliga a reconsiderar la dimensión ética de la interconexión financiera global (Jonas).
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Su modelo híbrido de inversión representa una creatividad institucional (Whitehead, Deleuze) que reconfigura la narrativa económica.
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Finalmente, la transformación del lenguaje financiero desafía la posibilidad de una comunicación pública que integre esta nueva ontología (Wittgenstein, Habermas).
En síntesis, la entrada de BlackRock como actor central en el Ibex 35 no solo es un fenómeno económico, sino también una transformación conceptual y política que exige repensar el poder, la democracia y la responsabilidad dentro del capitalismo contemporáneo.