Introducción breve
El artículo describe cómo la inteligencia artificial está irrumpiendo en la industria de la moda mediante la creación de agencias de modelos que utilizan maniquíes virtuales, desplazando a modelos humanos. La nota destaca la rapidez con que esta tecnología está ganando terreno, la reducción de costes para las marcas y el cambio en la dinámica tradicional de producción y marketing de moda. También menciona el debate sobre el impacto en el empleo y la autenticidad visual.
Análisis filosófico
1. Creatividad (Bergson, Whitehead)
Desde la óptica de Henri Bergson, esta innovación podría verse como una manifestación del élan vital tecnológico, un impulso creativo que genera formas inéditas de representación y consumo estético. Sin embargo, al ser una creatividad mediada por algoritmos, se distancia de la intuición y la experiencia vivida que caracterizan el trabajo de modelos humanos.
En la visión de Whitehead, el fenómeno refleja un proceso dinámico de creación, pero la armonía entre lo nuevo (modelos digitales) y lo existente (modelos físicos) aún está en tensión: el equilibrio no se ha alcanzado y la transición puede generar fricciones culturales y laborales.
2. Disrupción y poder (Deleuze, Foucault)
Para Deleuze, la sustitución de modelos reales por avatares digitales es una “línea de fuga” que rompe con la estructura tradicional de la moda, abriendo un espacio para nuevas estéticas y narrativas.
Con Foucault, podemos ver que el control de la representación pasa ahora por quienes diseñan los algoritmos y controlan las plataformas, consolidando un nuevo régimen de verdad visual: lo que se presenta como “imagen de moda” ya no necesita corresponder con la realidad física.
3. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)
Aplicando el principio de responsabilidad, es necesario considerar el impacto a largo plazo de la automatización en el empleo de modelos y fotógrafos, así como la posible erosión de la diversidad corporal y cultural en las imágenes publicitarias. La ética del futuro exige que las decisiones tecnológicas no comprometan el bienestar de las generaciones que verán reducidas sus oportunidades profesionales y su representación en los medios.
4. Sistemas complejos (Luhmann, Morin)
Desde Luhmann, la moda como sistema autopoiético está reconfigurando su dinámica interna: el circuito de producción y difusión se vuelve más cerrado y controlado por agentes tecnológicos. La comunicación visual se produce y circula dentro de un entorno cada vez más autorreferencial.
En la perspectiva de Morin, la complejidad radica en cómo esta tendencia conecta la tecnología, la economía creativa y la cultura visual global, evidenciando que las decisiones tecnológicas no se aíslan, sino que afectan a múltiples capas del sistema social.
5. Tecnología, transparencia y autoexplotación (Byung-Chul Han)
La estetización algorítmica y la producción constante de imágenes perfectas pueden acentuar la superficialidad visual y la presión por mantener estándares inalcanzables. Además, la industria podría derivar hacia una autoexplotación creativa, donde la velocidad de producción prime sobre la calidad o la autenticidad.
Conclusión
La adopción de modelos virtuales en la moda es un ejemplo paradigmático de creatividad tecnológica con un fuerte carácter disruptivo. Sus oportunidades incluyen la experimentación estética, la reducción de costes y la flexibilidad de producción. Sin embargo, también plantea riesgos éticos significativos: desplazamiento laboral, homogeneización de cuerpos y rostros, concentración del poder creativo en manos de pocos desarrolladores y un posible empobrecimiento de la experiencia humana en la moda. El reto es integrar esta innovación de forma que mantenga un equilibrio entre lo nuevo y lo humano, asegurando diversidad, responsabilidad y autenticidad en la representación cultural.