INTRODUCCIÓN BREVE
El artículo relata el caso de Alex Zunzunegui, un modelo español residente en Marbella que decidió cruzar el Estrecho de Gibraltar en patera desde Marruecos a España para “vivir en primera persona la experiencia de los inmigrantes”. Su acción fue registrada en redes sociales, generando gran controversia. Mientras algunos lo acusan de banalizar el drama migratorio, él se defiende alegando que su objetivo era crear conciencia. La noticia expone reacciones de ONG, políticos, usuarios en redes y del propio protagonista.
ANÁLISIS FILOSÓFICO
A. Ética y responsabilidad – Hans Jonas
El principio de responsabilidad exige que los actos presentes consideren sus consecuencias futuras. En este caso, Zunzunegui toma una decisión que puede amplificar su visibilidad mediática, pero sin medir adecuadamente el efecto que esto tiene en la percepción pública del drama migratorio. Su acción trivializa una experiencia vital extrema que implica sufrimiento, pérdida y peligro real para miles de personas.
Jonas sugeriría que este acto carece de un horizonte ético de largo plazo, pues no atiende al sufrimiento colectivo ni promueve una transformación real de la conciencia social, sino que parece instrumentalizar una tragedia humana.
B. Poder y conocimiento – Michel Foucault
El relato está atravesado por una asimetría de poder: Zunzunegui, como sujeto privilegiado (blanco, europeo, famoso), puede “jugar” a ser inmigrante sin las consecuencias reales de quienes se lanzan al mar por desesperación. Según Foucault, esto reproduce un régimen de verdad en el que solo ciertas voces (las de los privilegiados) son escuchadas y legitimadas, mientras que las de los verdaderos migrantes siguen siendo silenciadas o deslegitimadas.
El discurso que se genera, bajo la apariencia de “conciencia social”, en realidad refuerza las estructuras de poder simbólico que definen qué vidas importan y quién tiene derecho a narrar qué historias.
C. Disrupción, diferencia y devenir – Gilles Deleuze
Zunzunegui afirma querer romper esquemas. Sin embargo, según Deleuze, una verdadera línea de fuga no se queda en la superficie ni simula el dolor ajeno, sino que produce una transformación real del orden existente. Aquí no hay devenir-migrante, sino una actuación, una ficción superficial que se apropia de una experiencia vital como si fuera un disfraz.
Por tanto, la acción de Zunzunegui no introduce una diferencia transformadora, sino que reproduce el espectáculo del sufrimiento sin crear un nuevo espacio de sentido.
D. Modernidad líquida – Zygmunt Bauman
La acción del modelo ilustra la lógica de la modernidad líquida, donde las experiencias extremas (como migrar en patera) pueden convertirse en eventos performativos para ganar seguidores en redes. En este contexto, la línea entre autenticidad y simulacro se difumina, y el sufrimiento se convierte en contenido.
Bauman advertiría sobre la desresponsabilización emocional del público: al presentar la migración como una “experiencia” opcional y narrable por influencers, se neutraliza su dramatismo y se diluye su carga ética.
E. Hegemonía cultural – Antonio Gramsci
Este episodio demuestra cómo los medios y las redes pueden cooptar narrativas subalternas, integrándolas en la lógica dominante. Al ser un modelo blanco quien “vive la migración”, el relato se legitima y se vuelve consumible para audiencias que normalmente no empatizan con los migrantes reales. La hegemonía cultural funciona al absorber lo marginal y transformarlo en espectáculo inocuo.
F. Simulación y simulacro – Jean Baudrillard
Lo que Zunzunegui vivió no fue la migración, sino un simulacro de la migración. Según Baudrillard, en una cultura saturada de imágenes, la realidad es sustituida por una hiperrealidad donde lo simbólico sustituye a lo real. Este caso representa una distorsión de la experiencia migratoria, reducida a un producto visual, despojado de su violencia estructural y convertido en relato de autoexploración y “conciencia”.
G. Complejidad y sistemas sociales – Niklas Luhmann y Edgar Morin
Desde Luhmann, este episodio se inserta en la autopoiesis del sistema mediático, que transforma cualquier fenómeno en contenido noticiable, siguiendo lógicas internas de visibilidad, escándalo y viralización. El sistema no busca resolver problemas sociales, sino reproducirse comunicativamente.
Morin señalaría que el fenómeno está fragmentado: se narra como un hecho curioso o polémico, pero no se conecta sistémicamente con los problemas estructurales de la migración, la geopolítica o la desigualdad. La experiencia del migrante queda reducida a un evento aislado, sin contexto histórico ni relacional.
H. Tecnología y autoexplotación – Byung-Chul Han
La lógica del rendimiento y la visibilidad atraviesa esta acción. Zunzunegui se autoexplota emocional y simbólicamente para aumentar su notoriedad, lo cual encarna el “sujeto del rendimiento” descrito por Han. Su cuerpo se convierte en medio de exposición, en un producto más en la economía de la atención.
Además, la acción apela a la transparencia extrema (mostrar todo en redes) sin generar profundidad reflexiva, reforzando el régimen de lo visible como única fuente de valor.
CONCLUSIÓN
Oportunidades
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El caso abre un debate ético y mediático sobre la representación de la migración.
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Puede servir como punto de partida para discutir el uso responsable de las plataformas digitales.
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Permite reflexionar sobre el lugar del privilegio en las narrativas de exclusión.
Riesgos
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Trivialización del sufrimiento real de los migrantes.
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Refuerzo de narrativas hegemónicas donde solo ciertas voces se consideran válidas.
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Espectacularización de la pobreza y el desplazamiento, convertidos en aventuras personales.
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Perpetuación de un sistema mediático que prefiere el escándalo al análisis estructural.
Este artículo, aunque aparentemente anecdótico, encierra una rica red de tensiones filosóficas sobre el poder, la ética, la representación y la tecnología, y sirve como ejemplo paradigmático del conflicto entre visibilidad y responsabilidad en la era digital.