Trump mete mano en los museos para reescribir la historia

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Introducción
El artículo describe cómo Donald Trump, en su campaña electoral, plantea intervenir en los museos y en la narrativa histórica oficial de Estados Unidos para ajustarla a una visión patriótica y alineada con sus valores políticos. Este intento se articula a través de la creación de comisiones y políticas que buscan reescribir o reinterpretar acontecimientos históricos, con especial énfasis en el papel del país y la exclusión de perspectivas críticas que cuestionen su excepcionalismo. Los actores principales son Trump, su base política, las instituciones culturales y los sectores académicos que defienden la diversidad interpretativa de la historia.


Análisis filosófico

1. Creatividad (Bergson, Whitehead)

  • Desde Bergson, el impulso creativo (élan vital) aquí se ve restringido: en vez de fomentar narrativas históricas emergentes y múltiples, la propuesta busca fijar un relato único, cortando el flujo natural de reinterpretaciones que toda comunidad viva produce.

  • Con Whitehead, el proceso creativo debería armonizar pasado y presente; sin embargo, el movimiento que describe el artículo parece una creatividad inversa: no para abrir, sino para solidificar una narrativa en detrimento de su dinámica natural.

2. Disrupción o poder (Deleuze, Foucault)

  • Con Deleuze, no es una línea de fuga liberadora, sino un cierre de líneas de fuga: se clausuran posibilidades de diferencia para mantener una identidad nacional rígida.

  • Foucault es central: este es un caso claro de producción de “regímenes de verdad” donde el discurso histórico se controla para reforzar una determinada estructura de poder. La historia deja de ser investigación crítica y se convierte en un instrumento de legitimación política.

3. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)

  • Desde Jonas, hay una responsabilidad intergeneracional: manipular el relato histórico compromete la comprensión futura de los hechos y la capacidad de aprender de ellos. El artículo implica un riesgo ético serio, pues prioriza intereses políticos presentes sobre la veracidad y pluralidad histórica.

4. Sistemas complejos (Luhmann, Morin)

  • Luhmann: el sistema cultural y educativo es autopoiético y evoluciona a partir de múltiples interacciones; una intervención política directa rompe esa autoorganización, introduciendo criterios externos que pueden empobrecer la diversidad interna.

  • Morin: la historia requiere pensamiento complejo, integrando múltiples perspectivas; la propuesta de Trump opta por simplificación y homogeneización, lo que reduce la resiliencia cultural del sistema.

5. Tecnología, transparencia y autoexplotación (Byung-Chul Han)

  • Aunque no es un caso tecnológico directo, Han permite observar que esta “transparencia” histórica propuesta es en realidad una opacidad disfrazada: la narrativa oficial se presenta como única y obvia, pero oculta lo conflictivo y ambivalente.

6. Memoria y cultura (Walter Benjamin)

  • Benjamin alertaría sobre la manipulación de la memoria colectiva: el control de los relatos históricos es una forma de “ganar” la historia desde el presente, borrando huellas incómodas y alterando el vínculo entre pasado y experiencia.


Conclusión
El artículo expone un proceso donde el poder político busca apropiarse de la narrativa histórica para moldear la identidad cultural según una ideología concreta. Desde la filosofía, se identifican riesgos clave: pérdida de pluralidad y apertura creativa, reforzamiento de estructuras hegemónicas, compromisos éticos con el futuro incumplidos, y empobrecimiento sistémico de la memoria colectiva. La oportunidad constructiva radica en el debate público que este intento pueda generar, permitiendo visibilizar el valor de la diversidad histórica y la necesidad de proteger su integridad frente a intereses coyunturales.