Vivir sin baño: hay 6 millones de personas que no tienen acceso a este servicio básico

Fuente y enlace 

Introducción breve
El artículo de elDiarioAR expone una problemática estructural en Argentina: alrededor de 6 millones de personas carecen de acceso a un baño en condiciones adecuadas, un derecho humano básico. La nota aborda datos estadísticos, desigualdades regionales, vínculos con la pobreza estructural y las consecuencias en salud, dignidad y desarrollo social. También señala la relación entre políticas públicas insuficientes y la persistencia de esta deuda social.


Análisis filosófico

1. Creatividad y emergencia (Bergson, Whitehead)
La carencia de baños dignos no es un terreno que invite, en sí mismo, a la creatividad, pero la respuesta social y estatal sí podría conectarse con el élan vital de Bergson: un impulso innovador para superar limitaciones históricas. Whitehead sugeriría que la resolución del problema exige integrar lo nuevo (soluciones tecnológicas, urbanísticas y comunitarias) con lo existente (infraestructura y tejido social) en un proceso armónico y dinámico.

2. Disrupción y poder (Deleuze, Foucault)
Desde Deleuze, esta situación refleja un estancamiento que requiere “líneas de fuga”: romper con modelos de urbanización y políticas sanitarias que reproducen la exclusión. Foucault permitiría ver cómo el discurso sobre “lo básico” está atravesado por relaciones de poder: quién define el estándar mínimo de dignidad y quién queda fuera del régimen de verdad que normaliza carencias como inevitables.

3. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)
El principio de responsabilidad de Jonas es claro: garantizar servicios sanitarios es una obligación intergeneracional. La omisión política no solo afecta al presente sino que compromete la salud y las oportunidades de las generaciones futuras, reproduciendo un ciclo de desigualdad que la ética del futuro exige romper.

4. Sistemas y complejidad (Luhmann, Morin)
Luhmann mostraría cómo el sistema político y el sistema mediático tratan la falta de baños como un problema episódico y no como parte de un entramado estructural que incluye pobreza, urbanismo y salud pública. Morin ampliaría la mirada para conectar este déficit con problemas globales de desigualdad y desarrollo sostenible, reclamando un abordaje integral que supere soluciones fragmentarias.

5. Tecnología, transparencia y autoexplotación (Byung-Chul Han)
Aunque no es un tema centrado en la era digital, Han ayudaría a pensar en cómo la visibilización mediática (transparencia) no siempre se traduce en cambios estructurales, y cómo la narrativa de “adaptarse” puede desplazar la responsabilidad hacia los individuos en lugar de las instituciones.


Conclusión
La falta de acceso a un baño digno en millones de personas no es solo un déficit material, sino un problema ético, político y civilizatorio. Desde la filosofía, se revela como un nodo donde convergen desigualdad estructural, omisión institucional y una débil articulación de políticas públicas.

  • Riesgos: perpetuación de la pobreza, naturalización de la indignidad, deterioro de la salud pública.
  • Oportunidades: desarrollo de políticas innovadoras, integración de soluciones comunitarias y tecnológicas, fortalecimiento de la justicia social.
El artículo, al exponer el problema, abre un espacio discursivo que podría servir para catalizar cambios, siempre que se rompa con narrativas que normalizan la exclusión y se asuma una responsabilidad activa frente al futuro.