1. Identificación del contexto y tema central
Contexto
El texto es una entrevista / columna basada en declaraciones del psicólogo / médico Manuel Sans Segarra, publicada en un medio de divulgación digital (Infobae España) en 2025. Se sitúa en el contexto actual de sociedades hiperconectadas, donde los dispositivos móviles, las redes sociales, el entretenimiento digital y la cultura del consumo informativo constante configuran el día a día.
Tema central
El autor (o el profesional entrevistado) denuncia la desconexión emocional que se produce como efecto del uso pasivo y continuado de las pantallas (el “scroll infinito”), y advierte contra vivir en “piloto automático”, es decir: una existencia sin atención consciente ni reflexión activa. Propone tres pilares para el cuidado mental: vida saludable, actividad intelectual y vida social.
Actores involucrados
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Manuel Sans Segarra: el experto citado que advierte sobre los riesgos de la tecnología y propone medidas de cuidado.
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La audiencia / lectores: personas que consumen contenido digital, usuarios de redes, ciudadanos inmersos en la cultura de la hiperconectividad.
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El medio digital: vehículo que transmite tanto el mensaje de alerta como participa en la propia lógica del consumo digital (artículo en línea).
2. Resumen del contenido
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Segarra afirma que dejarse llevar por pantallas sin criterio, televisor o scroll interminable, equivale a “apagar la mente” y puede conducir a una especie de letargo mental: la mente deja de ejercitarse.
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Considera la salud mental como esencial, no secundaria: sin ella, otros logros pierden sentido.
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Los tres pilares para contrarrestar esa desconexión emocional son:
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Vida saludable: buena alimentación, ejercicio consciente y sostenido (evitando la sobrecarga o el arranque brusco).
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Actividad intelectual: leer, memorizar, adquirir retos nuevos, no “hacer siempre lo mismo”.
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Vida social: interacción humana como fuente de intercambio emocional y estímulo neurónico.
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Advierte que vivir sin intención (en piloto automático) pone en riesgo el sentido personal y las relaciones cotidianas.
3. Aplicación de perspectivas filosóficas
Para abordar el mensaje con profundidad, voy a aplicar algunas corrientes filosóficas relevantes en relación con tecnología, subjetividad, poder y responsabilidad.
Creatividad (Bergson, Whitehead)
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Bergson enfatiza la importancia de la duración y de la experiencia interna: la vida consciente, la memoria, la sorpresa. Una existencia digital superficial tiende a fragmentar la duración y someterla al ritmo de lo inmediato.
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Whitehead habla de la realidad como proceso creativo continuo. Si permitimos que el “scroll infinito” domine nuestra experiencia, reducimos nuestra capacidad de responder de modo innovador al presente: nos volvemos reactivos más que creativos.
Disrupción o poder (Deleuze, Foucault)
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Foucault: las tecnologías digitales funcionan como mecanismos de control sutil, moldeando comportamientos, hábitos de atención y vigilancia (algoritmos, “lo que aparece en la pantalla”).
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Deleuze, con su noción de “control” (en sociedades de control), sugiere que ya no hay disciplina disciplinaria tradicional, sino modulaciones, flujos, control continuo: el scroll infinito es un dispositivo de modulación de la atención.
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En esa línea, la desconexión emocional puede entenderse como efecto de la normativización tecnológica: somos sujetos moldeados por lo que el dispositivo permite o incentiva.
Ética y responsabilidad (Hans Jonas)
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Jonas sostiene que en tiempos tecnológicos nuestra responsabilidad debe orientarse hacia el futuro: actuar de forma tal que las consecuencias no sean desastrosas.
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Aplicado aquí, existe una responsabilidad personal y social de moderar el uso tecnodigital para preservar la salud mental y la capacidad de experiencia auténtica.
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Una ética del cuidado, frente a una ética de consumo o eficiencia, se vuelve crucial: el texto sugiere cuidar la mente como un bien frágil.
Sistemas complejos (Luhmann, Morin)
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Desde Luhmann, la sociedad moderna se organiza en sistemas diferenciados (político, económico, comunicativo) que operan con su propia lógica. La tecnología digital forma parte del sistema comunicativo/informacional, pero su dinámica puede invadir o colonizar otros sistemas (la vida afectiva, la intimidad).
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Morin subraya la complejidad y la autoorganización: nuestra subjetividad no es aislada, sino entrelazada con el entorno digital. No hay “yo” que no esté mediado tecnologicamente.
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El artículo llama la atención sobre esa complejidad: no basta una solución simple, sino un equilibrio entre diferentes dimensiones: cuerpo, mente, relaciones.
Tecnología, transparencia, autoexplotación (Byung-Chul Han)
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Han advierte que la tecnología contemporánea tiende a producir sujetos de exceso, rendimiento y autoexplotación. La conexión permanente crea presión por ser productivos o visibles.
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En sus obras, Han habla del “hombre de rendimiento” que voluntariamente se sobreexige. Aquí, el “scroll infinito” puede ser visto como una trampa de rendimiento emocional: siempre estar disponible, consumir, responder.
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La propuesta de Segarra de “no vivir en piloto automático” encaja con la necesidad de recuperarse de esa forma de vivir hiperactiva impuesta por la tecnología.
4. Oportunidades y riesgos
Oportunidades / aspectos constructivos
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El mensaje puede servir como llamado de atención imprescindible: muchos operan en piloto automático sin reflexión.
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Promueve una ética del cuidado interior: valora el ejercicio intelectual, la interacción social profunda, hábitos saludables.
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Facilita una crítica desde dentro de la tecnología: no rechazarla, sino usarla con conciencia y control.
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Estimula responsabilidad individual y colectiva frente a los efectos invisibles del consumo digital.
Riesgos / críticas / sesgos / implicaciones éticas
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Responsabilidad excesiva al individuo: el texto recae bastante en lo personal (qué debe hacer cada quien), menos en las condiciones estructurales (diseño tecnológico, políticas digitales, alfabetización mediática).
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Puede invisibilizar desigualdades: no todos tienen el mismo acceso al ocio, al tiempo libre, al espacio para cultivar actividades intelectuales o sociales.
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Simplificación del vínculo tecnológico–mental: el artículo tiende a sugerir que basta “menos pantalla + más lectura / ejercicio / socializar” sin entrar en cómo los dispositivos están diseñados para capturar atención (no sólo por nuestra voluntad).
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Riesgo de culpabilización: quien no puede “desconectarse” puede sentirse moralmente deficiente.
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Falta de propuestas institucionales: ¿qué papel deben tener gobiernos, empresas tecnológicas, educación? El artículo no aborda esto en profundidad.
5. Síntesis y conclusiones
El artículo es un llamado pertinente en el contexto contemporáneo: recordarnos que no podemos delegar la mente al aparato tecnológico sin costo psicológico ni existencial. Desde diversas perspectivas filosóficas, vemos que la propuesta de Segarra es valiosa —plantea recuperar la creatividad, la responsabilidad ética, el equilibrio entre sistemas humanos y tecnológicos—, pero también limitada si se queda solo en el nivel individual.
Para un abordaje completo, la crítica debe extenderse al diseño de las plataformas, la educación digital, las estructuras económicas que premian la atención cuantificable y las políticas públicas que regulan la tecnología. En ese sentido, el mensaje podría fortalecerse al combinar responsabilidad personal con transformación estructural.