La economía sumergida supera el 16% del PIB en seis comunidades autónomas

Fuente y enlace 


1. Identificación del contexto y resumen

Contexto

El artículo examina un fenómeno económico persistente en España: la economía sumergida, es decir, aquellas actividades económicas no registradas oficialmente. Se indica que en seis comunidades autónomas esta economía informal supera el 16 % del producto interior bruto regional. Las más afectadas son Andalucía, Canarias, Extremadura, Murcia, Castilla-La Mancha y Baleares. Otras regiones como Madrid, País Vasco y Cataluña presentan tasas inferiores.

Se destaca que los sectores con mayor informalidad son la hostelería, el comercio y los servicios. Aunque en términos generales la economía sumergida ha disminuido en las últimas décadas, su magnitud sigue siendo significativa y desigual según el territorio.

Resumen del contenido

  • La economía sumergida supera el 16 % del PIB en seis regiones españolas.

  • Andalucía y Canarias presentan las cifras más elevadas, seguidas de otras comunidades con indicadores similares.

  • Las regiones con menor informalidad son aquellas con estructuras económicas más complejas y fiscalizadas.

  • Se asocia el fenómeno con sectores económicos caracterizados por empleos temporales o estacionales.

  • La economía sumergida tiene efectos negativos sobre la recaudación fiscal, la equidad entre contribuyentes y la competencia entre empresas.


2. Análisis filosófico desde distintas perspectivas

Creatividad y devenir (Henri Bergson, Alfred North Whitehead)

  • Desde la perspectiva de la creatividad, la economía sumergida puede interpretarse como una forma de respuesta creativa ante la rigidez normativa. Las personas y empresas que participan en ella adaptan sus prácticas para sobrevivir en contextos económicos adversos.

  • Para Bergson, esta creatividad puede ser vista como un impulso vital que intenta generar soluciones nuevas frente a obstáculos estructurales. No es necesariamente deseable, pero sí refleja una capacidad humana de adaptación.

  • Whitehead aportaría una visión procesual: la economía informal no es un fenómeno estático o marginal, sino parte activa del proceso económico, una dimensión que coexiste con la legalidad y participa en el devenir social.

Poder, resistencia y multiplicidad (Michel Foucault, Gilles Deleuze)

  • Foucault observaría que el Estado ejerce poder a través de mecanismos de control fiscal, laboral y jurídico. La economía sumergida escapa parcialmente a esos dispositivos, lo que genera zonas de invisibilidad que cuestionan la efectividad del poder disciplinario.

  • Deleuze vería en este fenómeno una expresión rizomática: la informalidad no sigue una estructura centralizada, sino que se dispersa, se adapta y se reproduce en formas múltiples y no jerárquicas. No se trata de una organización subversiva consciente, sino de una multiplicidad de líneas de fuga respecto al orden económico establecido.

Ética y responsabilidad (Hans Jonas)

  • Desde la ética de la responsabilidad, el fenómeno plantea una tensión importante. Las personas y empresas que operan fuera del sistema fiscal no contribuyen al sostenimiento colectivo, afectando negativamente a quienes sí lo hacen.

  • Jonas llamaría la atención sobre las consecuencias a largo plazo: debilitamiento del sistema de protección social, reducción de inversiones públicas, y aumento de la desigualdad. La ética del futuro exige pensar más allá de la supervivencia inmediata y asumir las implicaciones intergeneracionales de las decisiones presentes.

Complejidad y autorregulación sistémica (Niklas Luhmann, Edgar Morin)

  • Luhmann concebiría a la economía sumergida como parte del sistema autopoiético económico: genera sus propias reglas, se autorreproduce y responde a estímulos del entorno. Aunque el Estado intente integrarla o suprimirla, la economía informal persiste como subsistema con dinámicas propias.

  • Morin, desde el pensamiento complejo, advertiría contra los enfoques simplistas o lineales. La informalidad no puede entenderse solo como ilegalidad o desviación: se relaciona con el desempleo, la precariedad, la fiscalidad excesiva, la educación, la cultura cívica y las condiciones estructurales. Resolverla exige un abordaje integral.

Tecnología, visibilidad y autoexplotación (Byung-Chul Han)

  • En la era de la transparencia digital, la economía sumergida representa una resistencia al exceso de visibilidad. El control fiscal y administrativo promueve una vigilancia constante, a la que algunos actores responden ocultándose.

  • Al mismo tiempo, muchos trabajadores aceptan condiciones informales extremas, con pérdida de derechos, en nombre de la subsistencia. Esto puede entenderse como una forma de autoexplotación: el sujeto neoliberal asume su precariedad como responsabilidad personal, sin cuestionar el marco estructural que la genera.


3. Oportunidades, riesgos y tensiones

Oportunidades

  • El artículo permite visibilizar un problema estructural que muchas veces se minimiza o estigmatiza.

  • Abre el camino para discusiones políticas más realistas sobre cómo integrar la economía informal en modelos legales, sin criminalizar a los sectores más vulnerables.

  • Aporta datos que permiten identificar desigualdades territoriales y diseñar políticas públicas diferenciadas por región y sector.

Riesgos e implicaciones

  • Existe el riesgo de usar estas cifras para justificar políticas punitivas o estigmatizantes, sin abordar las causas estructurales del fenómeno.

  • Las estimaciones sobre economía sumergida son siempre inciertas y dependen de métodos indirectos, lo cual puede generar conclusiones erróneas.

  • Una política centrada únicamente en la represión puede agravar la precariedad laboral, empujar a más personas a la clandestinidad y generar efectos adversos en la cohesión social.

  • Se corre el riesgo de reproducir narrativas moralistas que ignoran las condiciones de exclusión que obligan a muchos actores a operar fuera de la legalidad.


4. Conclusión

La economía sumergida en España no puede ser entendida solo como una desviación marginal o como una simple infracción de las reglas fiscales. Es un fenómeno complejo, estructural y multicausal. Responde a una tensión constante entre necesidad económica, rigidez institucional y control estatal.

Desde una mirada filosófica, se revela como una dimensión constitutiva del sistema socioeconómico contemporáneo: ni totalmente externa ni enteramente evitable. En ella se condensan formas de creatividad adaptativa, relaciones de poder difusas, responsabilidades éticas no asumidas y lógicas sistémicas de retroalimentación.

La solución no puede ser puramente normativa ni basada en el castigo. Exige una visión ética, una comprensión de la complejidad social y una apuesta por políticas de integración que no ignoren las condiciones materiales que dan origen al fenómeno.