Pareja, pero también asistente personal y terapeuta: qué es el ‘mankeeping’ y por qué frustra tanto a las mujeres

Fuente y enlace 

Aquí tienes un análisis filosófico del artículo “Pareja, pero también asistente personal y terapeuta: qué es el ‘mankeeping’ y por qué frustra tanto a las mujeres” de El País (El País)


1. Contexto y tema central

Contexto

El artículo se publicó en la sección de bienestar de la revista S Moda, el 6 de octubre de 2025, y aborda un fenómeno emergente en discusiones de género y relaciones afectivas: el “mankeeping”. Se inscribe en debates contemporáneos sobre la desigualdad emocional y la carga no reconocida que recae en las mujeres dentro de relaciones heterosexuales.

Tema central y actores

  • Tema central: el “mankeeping” — entendido como el trabajo no recíproco que hacen muchas mujeres para gestionar las necesidades emocionales, relacionales y sociales de sus parejas masculinas — y por qué genera frustración, desgaste y rupturas.

  • Actores involucrados: mujeres que terminan ejerciendo este trabajo emocional; hombres cuyas redes afectivas o capacidades emocionales están poco desarrolladas o delegadas; parejas en las que se reproduce una dinámica de dependencia emocional asimétrica.

El artículo menciona que el término fue acuñado por Angelica Ferrera y Dylan Vergara, y que deriva — conceptualmente — del “kinkeeping” familiar al extenderse ahora al ámbito de pareja.

El texto recoge ejemplos, declaraciones de psicólogas y coaches, y advertencias sobre la banalización del fenómeno a través del humor en redes sociales.


2. Resumen del contenido

  • Se define el mankeeping como el trabajo emocional y relacional que muchas mujeres realizan para sostener la relación: conversaciones profundas, planificación social, mantenimiento de redes de amistad, detección de tensiones, propuestas de solución, etc.

  • Se sugiere que esta carga se ha vuelto más visible (o más discutida) porque muchas mujeres experimentan frustración ante parejas que no colaboran en ese plano emocional.

  • Se hace una comparación con “kinkeeping”, un concepto previo que hablaba del trabajo invisible de mantener la estructura familiar, pero ahora aplicado a las interacciones de pareja.

  • Se explican efectos negativos sobre la relación: agotamiento emocional, resentimiento, pérdida del deseo sexual por asimetrías de rol, desgaste de la chispa erótica cuando uno actúa como cuidadora constante y el otro como dependiente.

  • Se advierte del peligro de “normalizar” estas dinámicas mediante el humor (“los hombres son ineptos”) ya que eso refuerza la idea de que esas desigualdades son inevitables o “graciosas” en vez de problemáticas.

  • Se concluye con una llamada a la corresponsabilidad, al reparto equitativo (emocional, relacional, doméstico) y a que los hombres asuman capacidades relacionales propias en vez de delegarlas en la pareja.


3. Aplicación de perspectivas filosóficas

Para profundizar el fenómeno, lo examinaremos desde distintas lentes filosóficas:

Creatividad (Bergson, Whitehead)

  • Bergson habla de la durée (la duración) como algo creativo y siempre devenir. En el contexto del mankeeping, ese trabajo emocional y relacional no es algo mecánico o estático, sino vivo, que requiere inventiva relacional constante: proponer conversaciones, reconstruir vínculos, sostener el fluir afectivo.

  • Whitehead considera la realidad como proceso, y los individuos como “eventos”. Las relaciones emocionales entre parejas son procesos creativos continuos. El mankeeping, así entendido, es un intento de “dar sentido” al flujo relacional, pero recae de manera desigual sobre un lado, bloqueando la co-creatividad relacional. En lugar de una relación como organismo emergente conjunto, termina pareciendo que sólo uno aporta esa energía creativa.

Disrupción o poder (Deleuze, Foucault)

  • Desde Foucault, podríamos ver el mankeeping como una tecnología del poder relacional: normas sociales y discursos (de género, de rol) que hacen que el “trabajo emocional femenino” sea invisibilizado y naturalizado. Las mujeres internalizan la exigencia de cuidar emocionalmente, el hombre interioriza la permisividad de delegar.

  • Deleuze podría ofrecer contraste: en lugar de duplicar estructuras binarias de dependencia/respuesta, una relación saludable sería “rizomática”, donde la conexión emocional no recae en un eje vertical, sino que fluye entre múltiples “nódulos” de reciprocidad. El mankeeping aparece cuando la relación se “estratifica”: uno arriba (cuidador), otro abajo (receptor).

Ética y responsabilidad (Hans Jonas)

Hans Jonas reflexionó sobre la responsabilidad futura ante lo que creamos. Aquí podemos extender esa ética al ámbito íntimo: nuestras relaciones no solo nos afectan a nosotros, sino a la salud afectiva del otro. Practicar corresponsabilidad emocional es una exigencia ética de responsabilidad mutua.
El mankeeping, al imponer una carga desigual, vulnera esa responsabilidad: quien asume todo el peso puede agotarse, en perjuicio de su dignidad y bienestar.

Sistemas complejos (Luhmann, Morin)

  • Luhmann entiende las relaciones como sistemas de comunicación autopoiéticos. El mankeeping puede verse como un “servicio comunicativo” no simétrico dentro del sistema relacional: una parte sostiene los procesos de comunicación (iniciativa, mantenimiento, reparación), mientras la otra participa de forma más pasiva. Esto desequilibra el sistema y puede hacer que colapse (ruptura, resentimiento).

  • Morin resalta la complejidad y la imprevisibilidad. Una pareja es un ecosistema emocional complejo donde ninguna acción es aislada. El mankeeping actúa como una “perturbación invisible”: poco a poco altera el equilibrio del sistema relacional. La “carga emocional invisible” es un subsistema que va generando fallos estructurales.

Tecnología, transparencia, autoexplotación (Byung-Chul Han)

Byung-Chul Han habla de la autoexplotación: la exigencia de dar de sí mismo hasta el agotamiento, sin que una autoridad visible lo imponga, porque lo hemos interiorizado.
El mankeeping es un caso paradigmático de autoexplotación emocional: muchas mujeres interiorizan que deben sostener la relación emocional como parte de su rol, y se imponen esa carga. No es una orden externa (como un jefe), sino una exigencia autoimpuesta (o socialmente interiorizada).
En cuanto a transparencia: el trabajo emocional rara vez se visibiliza (no hay recibos), por eso sigue siendo invisible. Esa falta de transparencia es funcional al sistema desigual: quien realiza ese trabajo no suele recibir reconocimiento ni retribución simbólica.


4. Oportunidades y riesgos

Oportunidades / aspectos constructivos

  • Visibilización: el artículo contribuye a hacer consciente lo que muchas mujeres viven pero no nombraban. Nombrar un fenómeno es un paso para transformarlo.

  • Reequilibrio relacional: al denunciarlo, se abre la posibilidad del diálogo de pareja, del reparto más justo — no solo de tareas domésticas, sino de tareas afectivas.

  • Empoderamiento: las mujeres pueden sentirse empoderadas al reconocer que ese desgaste emocional no es natural ni inevitable.

  • Reflexión masculina: puede incentivar que los hombres desarrollen competencias relacionales propias y no dependan emocionalmente de sus parejas.

Riesgos / sesgos / implicaciones críticas

  • Simplificación: puede haber casos donde la desigualdad emocional no sea tan clara (“lo uno hace más que lo otro”) o donde ambos miembros coloquen expectativas emocionales excesivas el uno sobre el otro. El concepto puede verse como una etiqueta rígida si no se matiza.

  • Individualización excesiva: enfocar el problema solo en “la pareja” puede ignorar factores estructurales (educación de género, roles sociales, condiciones culturales).

  • Culpabilización: si no se tiene cuidado, algunas mujeres podrían sentirse culpables por “no ser suficiente”, o algunos hombres defensivos.

  • Subjetividad del “trabajo emocional”: ¿cómo medirlo con justicia? Las exigencias emocionales mutan según contexto cultural, personalidad, capacidad emocional previa.


5. Interpretación integrada

El fenómeno del mankeeping revela cómo en relaciones íntimas se reproducen estructuras de género invisibles pero poderosas. Las mujeres a menudo reciben la carga de mantener la conexión emocional, bajo la apariencia de “dedicación” o “cuidado”, cuando en realidad es un trabajo no equitativo.

Desde la perspectiva de ética y responsabilidad, esto es inaceptable, pues vulnera el principio de reciprocidad en las relaciones humanas. Desde el enfoque de poder, es una forma sutil de dominación relacional. En términos de sistemas complejos, socava el equilibrio comunicativo de la pareja. Y al entreverlo como autoexplotación, se pone en evidencia cómo nuestros supuestos sobre los roles internos reproducen estructuras asimétricas.

La solución no es sólo decir “reparte más”, sino transformar las expectativas culturales: que los hombres aprendan a sostener emocionalmente sin depender, y que las mujeres se liberen de la presión internalizada socialmente. Es una tarea individual y colectiva.