Pyongyang ostentó su misil "más poderoso" en desfile militar

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I. Introducción: Contexto y resumen del artículo

El artículo reporta el desfile militar celebrado en Corea del Norte con motivo del 78.º aniversario del Partido de los Trabajadores. La nota subraya la exhibición del misil balístico intercontinental Hwasong-17, considerado el más potente del arsenal norcoreano, como parte de una demostración de poder armamentístico. Además, se destaca la presencia de altos mandos militares y la continua estrategia del régimen de Kim Jong-un de utilizar estos eventos como actos de propaganda para reafirmar su autoridad interna y proyectar fuerza hacia el exterior.


II. Análisis filosófico

1. Disrupción y poderFoucault y Deleuze

Michel Foucault:
El desfile puede interpretarse como una escenificación del poder disciplinario y simbólico. La exhibición del misil no es solo un acto bélico, sino una forma de discurso visual que establece un régimen de verdad donde el poder estatal se legitima a través de la amenaza nuclear. Este “ritual” estructura la percepción interna (control social) y externa (disuasión geopolítica) del régimen. Se revela cómo el conocimiento tecnológico (el misil) está estrechamente vinculado a la producción de poder.

Gilles Deleuze:
Desde la noción de “líneas de fuga”, este tipo de eventos perpetúan estructuras cerradas, nacionalistas y militarizadas, en lugar de abrirse a devenires alternativos (como la cooperación internacional o el desarrollo civil). El desfile refuerza un modelo fijo y jerárquico del poder estatal en lugar de permitir flujos dinámicos o disruptivos de pensamiento y acción.


2. Ética y responsabilidadHans Jonas

El despliegue del Hwasong-17, capaz de portar ojivas nucleares, pone de relieve la ausencia del principio de responsabilidad. Según Jonas, cualquier tecnología con potencial destructivo debe ser evaluada no solo en su eficacia presente, sino en sus implicaciones a largo plazo. Aquí, el uso simbólico de un arma de destrucción masiva como herramienta de propaganda evidencia una profunda desconsideración hacia el futuro de la humanidad y las generaciones venideras.


3. Sistemas y complejidadNiklas Luhmann y Edgar Morin

Niklas Luhmann:
El desfile puede entenderse como un acto de autopoiesis del sistema político-militar norcoreano, que se reproduce y legitima a sí mismo mediante rituales mediáticos. La comunicación del poder no responde a actores externos, sino que se dirige internamente a consolidar la identidad del sistema estatal.

Edgar Morin:
Desde el pensamiento complejo, el fenómeno debe ser leído como parte de una red de interacciones globales: sanciones económicas, rivalidad con EE. UU. y Corea del Sur, competencia con potencias nucleares. El evento no es un hecho aislado, sino una manifestación de tensiones sistémicas globales. El abordaje fragmentado de estos eventos (como desfiles o lanzamientos aislados) impide una comprensión profunda del riesgo que representan para la estabilidad internacional.


4. Tecnología, autoexplotación y transparenciaByung-Chul Han

El evento se aleja de la lógica de la transparencia liberal-democrática. En su lugar, se presenta como un acto opaco y estético de poder, donde la tecnología no se muestra como herramienta de progreso, sino como símbolo de dominación. No hay espacio para la crítica pública ni para el debate racional; el poder se exhibe en su forma más cerrada y vertical. Desde la perspectiva de Han, se trata de un régimen donde la ciudadanía se ve excluida del discurso y sustituida por la espectacularización del control.


5. Hegemonía y mediosAntonio Gramsci y Jean Baudrillard

Antonio Gramsci:
El acto militar también puede verse como un esfuerzo del régimen por reforzar su hegemonía cultural. La exaltación del poderío bélico opera como narrativa fundacional de la identidad norcoreana, generando cohesión interna frente a amenazas externas.

Jean Baudrillard:
La representación mediática del misil como “símbolo máximo de poder” podría leerse como un simulacro: más allá de su capacidad técnica, el Hwasong-17 funciona como imagen-objeto que produce una realidad hiperreal, donde el poder se percibe a través de signos visuales más que hechos concretos de eficacia militar comprobada.


III. Conclusión: Riesgos, oportunidades y síntesis conceptual

Oportunidades del análisis:

  • El artículo sirve como punto de partida para explorar cómo las representaciones del poder militar operan en regímenes cerrados.

  • Muestra cómo las tecnologías pueden ser apropiadas simbólicamente por discursos políticos para reforzar estructuras de autoridad.

  • Permite repensar la relación entre ética, poder y futuro, un tema central en la filosofía contemporánea.

Riesgos e implicaciones:

  • La normalización mediática de estos desfiles puede contribuir a una banalización del riesgo nuclear.

  • El discurso político en torno a estas exhibiciones excluye sistemáticamente a la ciudadanía del proceso deliberativo.

  • Existe una instrumentalización simbólica de la tecnología que refuerza un modelo unidimensional del poder.

Síntesis final:

El artículo de DW, al narrar un evento de ostentación militar norcoreano, revela capas profundas de significado filosófico en torno al poder, la tecnología y la legitimidad política. A través del prisma de Foucault, Jonas, Deleuze, Han, Luhmann y otros, se configura una lectura crítica que desvela la fragilidad ética y la rigidez simbólica de un sistema centrado en la exhibición del miedo como forma de control.