Usar la IA estadounidense definirá quiénes son los aliados de Estados Unidos

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Introducción

El artículo de El Economista sostiene que el uso de la inteligencia artificial estadounidense se convertirá en un criterio clave para definir quiénes son aliados estratégicos de Estados Unidos. La nota subraya que la geopolítica de la IA no se reduce a una herramienta tecnológica, sino a un campo de poder donde se juega la soberanía, la seguridad nacional y la dependencia digital. El texto plantea que optar por la IA norteamericana (y no la china o europea) será un marcador de alineamiento político y económico.


Análisis filosófico por categorías

1. Creatividad y emergencia (Bergson, Whitehead)

  • Bergson: La IA se presenta como un élan vital tecnológico que impulsa nuevas formas de organización social y geopolítica. No es solo una herramienta de cálculo, sino un dinamizador que redefine las alianzas internacionales.

  • Whitehead: La IA genera un proceso creativo cósmico de reconfiguración: el sistema global busca armonía, pero lo hace desde un flujo dinámico de tensiones entre innovación y dependencia. La creatividad no es neutral, sino moldeada por los centros de poder que la producen.

2. Disrupción y poder (Deleuze, Foucault)

  • Deleuze: La IA aparece como una “línea de fuga” que desestabiliza viejas categorías de poder (territorio, ejército, diplomacia) y abre un nuevo campo de diferencia: el de la infraestructura digital. Sin embargo, esa fuga puede reconducirse hacia un nuevo régimen de control.

  • Foucault: El discurso del artículo muestra cómo el conocimiento tecnológico se convierte en un dispositivo de poder. La IA no solo organiza información, sino que define quién puede ser reconocido como aliado legítimo dentro de un régimen de verdad dominado por EE.UU.

3. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)

  • Jonas subrayaría que la adopción acrítica de una IA nacionalizada (estadounidense o china) implica responsabilidades hacia el futuro. El principio de responsabilidad exige evaluar no solo la eficiencia o la seguridad, sino los efectos a largo plazo sobre la autonomía de los países, la protección de datos y las generaciones futuras.

4. Sistemas y complejidad (Luhmann, Morin)

  • Luhmann: El artículo refleja cómo el sistema mediático traduce un fenómeno complejo (la geopolítica de la IA) a códigos binarios: aliado/no aliado, confianza/desconfianza. Este cierre comunicativo simplifica la complejidad, reforzando la dinámica autopoiética del discurso internacional.

  • Morin: Desde el pensamiento complejo, la IA debería analizarse no solo como tecnología de seguridad, sino como fenómeno que conecta economía, cultura, ética y ecología. El artículo reduce esa red compleja a un eje político de alineamientos.

5. Tecnología y subjetividad (Byung-Chul Han, Ellul, Arendt)

  • Byung-Chul Han: La dependencia de la IA estadounidense puede intensificar la lógica de transparencia y control total, donde los aliados aceptan ser vigilados a cambio de pertenecer a la esfera de confianza.

  • Ellul: El artículo muestra cómo la tecnología se vuelve autónoma, imponiendo sus propias lógicas sobre la política: ya no son los gobiernos los que deciden libremente, sino los sistemas técnicos que delimitan las opciones.

  • Arendt: Surge la cuestión de la responsabilidad: ¿los Estados aceptan esta dependencia por cálculo político o renuncian a su capacidad de acción autónoma, convirtiéndose en ejecutores de una lógica tecnológica global?

6. Hegemonía y simulacro (Gramsci, Baudrillard)

  • Gramsci: El uso de IA estadounidense funciona como instrumento de hegemonía cultural y tecnológica: quienes adoptan estas plataformas reproducen los valores y prioridades de EE.UU.

  • Baudrillard: Podría leerse que la alianza a través de IA es un simulacro: no se trata de soberanía real ni de cooperación libre, sino de una representación de confianza sostenida por códigos digitales que sustituyen las relaciones políticas directas.


Conclusión

El artículo refleja cómo la inteligencia artificial se convierte en una frontera geopolítica: elegir una tecnología implica elegir un bloque de poder. Filosóficamente, esto plantea:

  • Oportunidades: Generación de nuevas dinámicas creativas y apertura a una reorganización global de alianzas.

  • Riesgos: Dependencia tecnológica, erosión de la autonomía de los Estados, hegemonía cultural bajo la máscara de la seguridad digital y una reducción simplificada de la complejidad a lógicas binarias de aliado/enemigo.

  • Hallazgo conceptual: La IA se convierte en una nueva forma de soberanía digital, donde el poder ya no se mide solo en territorios o ejércitos, sino en infraestructuras invisibles de cálculo y control.