El 78% de adolecentes dice estar enganchado a dispositivos electrónicos y 1 de cada 3 consulta webs porno, según estudio


Introducción breve

El estudio del Observatorio de la Adolescencia 2025, realizado por Aldeas Infantiles SOS a 2 021 estudiantes de Secundaria y Bachillerato en España, revela que el 78 % de los adolescentes reconoce un nivel medio-alto de adicción a dispositivos electrónicos y que aproximadamente un tercio de los chicos visitan páginas pornográficas con frecuencia, mientras solo un 3 % de las chicas lo hace (europapress.es). Además, se documentan efectos negativos: distracción (58 %), irritación ocular (22 %), nerviosismo (14 %), y sensaciones de aburrimiento, aislamiento o desinformación al estar sin móvil (europapress.es). Se trata de una imagen compleja de vinculación, desconexión y vulnerabilidad digital.


Análisis filosófico

1. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)

Desde la ética del futuro de Jonas, el enganche digital y el acceso temprano a pornografía plantean un déficit de cuidado y previsión. Se evidencia una carencia institucional y social que no garantiza un uso responsable de la tecnología, exponiendo a los jóvenes a efectos cognitivos y emocionales sin mecanismos protectores adecuados .

2. Poder, discurso y regímenes de verdad (Foucault)

La narrativa dominante enfatiza la autonomía digital de los adolescentes, pero oculta las estructuras que los someten a vigilancia, normalización y explotación de datos. Foucault observaría cómo los dispositivos se convierten en una “tecnología del yo”, donde el sujeto es moldeado por experiencias mediadas, normalizadas y cuantificadas, sin cuestionamiento crítico.

3. Tecnología, transparencia y autoexplotación (Byung‑Chul Han)

Los adolescentes actúan como sujetos que se autoexplotan, atrapados en una dinámica sin freno de conexión constante y búsqueda compulsiva de estímulo. El consumo de pornografía como respuesta a la curiosidad o la presión social refleja una autoinstrumentalización que alimenta la lógica del rendimiento y la transparencia digital, sin filtros éticos ni emocionales.

4. Sistemas complejos (Luhmann y Morin)

Este fenómeno no es individual sino sistémico. Morin subrayaría que solo una mirada compleja —que incluya educación, salud mental, entornos familiares y regulación— puede abordar la problemática. Luhmann, en tanto, vería el engranaje de distintos subsistemas (educativo, sanitario, mediático) que interaccionan pero carecen de coordinación efectiva para proteger al adolescente.

5. Disrupción y hegemonía (Deleuze y Gramsci)

Mientras que algunos jóvenes buscan espacios digitales para aprender, conectar y expresarse (posibles línes de fuga), el sistema hegemónico impone patrones de consumo rápidos, estandarizados y desiguales. Gramsci insistiría en poner en valor formas de cultura digital emancipadora, no dominada por el impulso comercial ni el voyeurismo sexual, evitando reproducir desigualdades y violencia simbólica.


Conclusión

El estudio evidencia la urgencia de desarrollar una alfabetización digital profunda, que incluya:

  • Oportunidades: repensar la educación afectivo-sexual, promover el pensamiento crítico y crear espacios alternativos en los que los jóvenes puedan explorar su identidad más allá del consumo digital.

  • Riesgos: la precocidad en la exposición sexual, los problemas de salud mental y la consolidación de una cultura de consumo que vulnera el desarrollo de la autonomía emocional.

Reflexión filosófica: no basta con diagnosticar adicción o consumo; es necesario intervenir en las estructuras —familiares, educativas, institucionales— para revalorizar el uso deliberado de los dispositivos y promover una socialización más humana, ética y consciente.