La generación que llora en silencio: ansiedad, depresión y autolesiones

1. Contexto y resumen

El artículo informa que, desde 2016, la tasa de ansiedad y depresión en jóvenes españoles se ha duplicado, afectando ya a más del 60 % de los encuestados, con un alarmante 55 % que ha pensado en el suicidio. Entre las causas principales se enumeran: pandemia de COVID‑19, uso excesivo de redes sociales, ciberacoso, presiones académicas y laborales, soledad no deseada (35 %), falta de profesionales sanitarios y largas listas de espera.


2. Análisis filosófico

2.1 Creatividad (Bergson, Whitehead)

  • La generación joven se encuentra asfixiada por una cultura de autoexigencia y constante estimulación mediática, lo que dificulta la germinación de la creatividad libre y espontánea.
  • Distorsión del tiempo vivido: la atención fragmentada por redes y niveles de ansiedad cronificada rompen la continuidad vital descrita por Bergson, limitando experiencias auténticas.

2.2 Disrupción y poder (Deleuze, Foucault)

  • El ciberacoso actúa como un micropoder disciplinario, ejerciendo control no visible, pero internalizado por los jóvenes. El panel digital se convierte en espacio de vigilancia y exigencia.
  • Foucault resaltaría cómo la psiquiatrización masiva produce una normalización: la ansiedad se convierte en diagnóstico, y eso remolde las subjetividades juveniles.

2.3 Ética y responsabilidad (Hans Jonas)

  • Surge un imperativo ético: ¿qué responsabilidad tienen los sistemas educativos, sanitarios y políticos frente a una generación en riesgo?

  • La falta de intervención temprana y de recursos revela una infraética institucional que vulnera el principio de responsabilidad hacia el futuro generacional.

2.4 Sistemas complejos (Luhmann, Morin)

  • La crisis no es aislada; es producto emergente de múltiples subsistemas interrelacionados: sanitario, educativo, tecnológico, familiar y mediático.
  • Fallan las conexiones funcionales: la detección en la escuela no se articula con la atención primaria ni con protocolos comunitarios.

2.5 Tecnología, transparencia, autoexplotación (Byung‑Chul Han)

  • El exceso de exposición digital convierte al joven en “homo operans”: se autoimpone rendimiento constante y controlabeza sin límites impersonales.
  • La transparencia obligatoria online genera una vigilancia autoimpuesta, intensificando ansiedad y despersonalización.


3. Oportunidades y riesgos

Oportunidades

  • El reconocimiento público del problema y la visibilización (“empoderamiento epistemológico”) pueden abrir vías de prevención y acción estructurada.
  • Impulso de políticas preventivas que integren familia, escuela y sanidad, tal como reclaman los expertos del artículo.

Riesgos

  • Etiquetar a los jóvenes únicamente como “ansiosos” puede patologizar emocionalidades saludables, fomentando un problema de “profecías autocumplidas”, como advierte la crítica de tratamientos masivos.
  • La medicalización acelerada —la creciente prescripción de ansiolíticos en adolescentes (19 % han consumido pastillas alguna vez)— plantea un riesgo ético: se impone una solución rápida sobre un análisis profundo y sostenible.


4. Interpretación integral

Este fenómeno representa una crisis epocal que no solo afecta a la salud mental, sino que redefine formas de subjetividad, interacción social y estructuras de poder. La ansiedad juvenil se convierte en síntoma de una era marcada por la hiperconectividad y la presión sistémica. Desde un punto de vista epistemológico, es clave cuestionar cómo se retraumatizan las emociones cotidianas bajo diagnósticos estandarizados. Éticamente, se demanda que las instituciones adopten un rol responsable y creativo, articulando estrategias sensibles e inclusivas, no reducidas a intervenciones tecnocráticas.


5. Conclusión

  1. Riesgo: patologización de la ansiedad y medicalización prematura.
  2. Oportunidad: visibilización permite coordinaciones políticas y educativas.
  3. Hallazgo conceptual: la ansiedad juvenil refleja dinámicas sociotécnicas complejas y biopoderosas que requieren respuestas sistémicas, no individuales.

Este análisis revela que apelaciones a políticas públicas no son solo pasos necesarios, sino exigencias ético‑ontológicas frente a un malestar estructural.