El equipo secreto que está creando Mark Zuckerberg para dominar la IA: le ha costado 15.000 millones

 ANÁLISIS FILOSÓFICO DEL ARTÍCULO

Fuente: 20 Minutos, 12 de junio de 2025 (20minutos.es)


1. Contexto e identificación del tema

El artículo informa que Meta (antes Facebook) destina alrededor de 15 000 millones de dólares a una participación del 49 % en la empresa de etiquetado de datos Scale AI, además de formar un equipo secreto de élite de unas 50 personas dedicado a construir una inteligencia artificial general (AGI o “superinteligencia”), con el mismo fundador de Scale AI — Alexandr Wang — al frente. Se trata de una estrategia impulsada por Mark Zuckerberg con el fin de competir con rivales como OpenAI y Google, tras los recientes fracasos notables de LLaMA 4 y el modelo “Behemoth”.

Actores clave:

  • Meta (Zuckerberg): impulsor de la iniciativa.
  • Scale AI (Wang): proveedor esencial de datos.
  • Equipo de superinteligencia: grupo de élite convcado directamente por Zuckerberg.
  • Competidores del sector: OpenAI, Google, Anthropic…


2. Aplicación de perspectivas filosóficas

A. Ética y responsabilidad – Hans Jonas

La inversión de tal magnitud y la búsqueda de una AGI plantean enormes desafíos éticos: la tecnología promete beneficios (medicina, educación) pero también riesgos (vigilancia masiva, manipulación, brecha de poder entre corporaciones). Jonas exigiría una ética de futuro que priorice la evaluación de impactos a largo plazo y el refuerzo de un marco responsable y transparente.


B. Poder y discurso – Michel Foucault

Aquí vemos una operación de poder: el dominio corporativo se proyecta hacia el terreno simbólico de la superinteligencia. Foucault destacaría cómo Meta busca redefinir los “regímenes de verdad” en IA, controlando no sólo el espacio de datos, sino también el discurso sobre lo que es posible o seguro.


C. Sistemas complejos – Luhmann y Morin

El ecosistema de IA es un sistema complejo: datos, algoritmos, capital y regulación se interrelacionan. Desde Luhmann, Meta se observa a sí misma como actor en este sistema, reaccionando a disrupciones externas (OpenAI) y autoorganizándose con un grupo propio. Morin sugeriría que esta actitud reitera la necesidad de pensar en la IA no sólo como tecnología, sino como entramado socio-técnico con múltiples riesgos.


D. Disrupción y líneas de fuga – Gilles Deleuze

Meta aparece aquí como actor disruptivo: la creación de un laboratorio secreto y la entrada en AGI son líneas de fuga que intentan romper con las limitaciones de la IA tradicional. Sin embargo, si no hay creatividad estructural dentro de esos procesos, el riesgo de caer en una estructura de poder cerrada es alto.


E. Tecnología y auto-explotación – Byung‑Chul Han

La presión impuesta al equipo – reclutado agresivamente, con remuneraciones millonarias y alta exigencia de resultados – ejemplifica una lógica de autoexplotación propia de un sujeto neoliberal. Se trata de una estructura que convierte a los propios ingenieros en productores incansables de valor sin reflexión ética sobre el contenido de su trabajo.


3. Oportunidades y riesgos

Oportunidades

  • Posible avance exponencial en tecnologías que transformen sectores clave.
  • Entrenamiento de sistemas robustos gracias a datos masivos y etiquetados de alta calidad.

Riesgos

  • Apartar la investigación de AGI del escrutinio público, reduciendo control democrático.
  • Concentración de poder informativo, tecnológico y político en una sola empresa.
  • Falta de regulación clara sobre límites y responsabilidad de sistemas autónomos.


4. Conclusión

La apuesta de Meta por la AGI, con una inversión histórica y un equipo secreto, es una jugada ambivalente: puede ser un paso hacia avances beneficiosos, pero también representa una escalada en la centralización del poder sobre tecnologías globales. Desde la filosofía, urge una ética de precaución, una explicación clara del discurso de poder, y una mirada sistémica y crítica de cómo esta estrategia afecta a la sociedad presente y futura.