Introducción
El artículo de Infobae analiza el costo del burnout laboral en España, estimado en más de 59.000 millones de euros anuales para las empresas. Explica cómo este síndrome, reconocido por la OMS, se manifiesta en agotamiento físico, emocional y desmotivación, reduciendo la productividad y aumentando el absentismo. Se presentan tanto cifras económicas como el impacto humano, subrayando la responsabilidad empresarial en generar entornos de trabajo sostenibles.
Análisis filosófico
1. Creatividad (Bergson, Whitehead)
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Desde Bergson, el burnout refleja la negación del élan vital, pues los trabajadores no encuentran espacio para la creatividad y la intuición vital en su labor.
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Whitehead diría que la organización empresarial falla en mantener la armonía entre innovación y estabilidad: se exige productividad, pero se bloquea el proceso creativo que alimenta la transformación continua.
2. Disrupción y poder (Deleuze, Foucault)
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Para Deleuze, el burnout revela la imposibilidad de generar líneas de fuga dentro de un sistema laboral rígido. El trabajador se ve atrapado en la repetición sin posibilidad de devenir algo distinto.
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Según Foucault, el discurso empresarial sobre “eficiencia” funciona como un régimen de verdad que naturaliza la autoexplotación. El burnout se convierte en un efecto directo de relaciones de poder que disciplinan los cuerpos y los tiempos de vida.
3. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)
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Jonas invitaría a pensar en la responsabilidad intergeneracional: un modelo de trabajo que agota a las personas no es sostenible para el futuro. La empresa debería asumir una ética del cuidado, anticipando las consecuencias sociales y psicológicas de sus dinámicas laborales.
4. Sistemas complejos (Luhmann, Morin)
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Con Luhmann, el fenómeno se entiende como producto de un sistema autopoiético que genera sus propias dinámicas: las empresas comunican exigencias de rendimiento que retroalimentan la sobrecarga, sin observar el deterioro humano como parte del sistema.
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Morin señalaría que el burnout no puede abordarse de manera fragmentada (solo con psicología individual), sino dentro de un pensamiento complejo que conecte economía, salud y cultura del trabajo.
5. Tecnología, transparencia y autoexplotación (Byung-Chul Han)
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Han explica el burnout como resultado de la lógica del rendimiento en la sociedad del cansancio: ya no es un poder externo que oprime, sino la autoexplotación voluntaria. El trabajador interioriza la exigencia de ser siempre productivo, incluso en su tiempo libre, difuminando límites entre vida y trabajo.
Oportunidades y riesgos
Oportunidades
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Generar nuevos modelos de trabajo que integren creatividad, sostenibilidad y salud.
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Reconocer el burnout no solo como un problema individual, sino como un síntoma estructural que exige cambio cultural en la empresa.
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Posibilidad de abrir un discurso alternativo que valore el descanso y el cuidado como condiciones de productividad real.
Riesgos
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Tratar el burnout solo desde la lógica económica (pérdida de 59.000 millones) sin atender la dimensión ética y humana.
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Perpetuar narrativas de “resiliencia individual” que responsabilizan únicamente al trabajador.
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Normalizar la autoexplotación digital como una forma inevitable de la modernidad laboral.
Conclusión
El artículo muestra cómo el burnout es más que un problema de salud laboral: es un síntoma cultural de un modelo productivo que erosiona la creatividad, agota la vitalidad y precariza la vida. Desde Bergson hasta Byung-Chul Han, se revela una tensión entre la exigencia de rendimiento y la necesidad humana de equilibrio, cuidado y sentido. El desafío ético y social es trascender la visión economicista e impulsar transformaciones que conciban el trabajo como un espacio de vida digna y no de desgaste sistemático.
