La belleza se dispara: un sector de 290.000 millones que crece el 4,5%

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Introducción breve

El artículo de El Economista describe el crecimiento acelerado de la industria de la belleza, que alcanza un valor de 290.000 millones de euros y presenta un crecimiento del 4,5%. Resalta cómo este sector se ha convertido en uno de los más dinámicos dentro del consumo global, impulsado por la diversificación de productos, la influencia de las redes sociales, la digitalización y el auge de nuevos patrones de consumo, especialmente entre generaciones jóvenes. El texto sugiere que la belleza trasciende lo estético para convertirse en un fenómeno cultural, económico y tecnológico.


Análisis filosófico

1. Creatividad (Bergson, Whitehead)

  • Desde Bergson, el crecimiento de este mercado puede leerse como expresión del élan vital: una fuerza creativa que produce constantemente nuevas formas (cosméticos veganos, personalización digital, tendencias de cuidado personal). La belleza se convierte en un flujo de innovación que no se agota en fórmulas pasadas.

  • Whitehead enfatizaría el carácter procesual: la industria no es estática, sino un campo donde la creatividad cósmica equilibra lo nuevo (productos disruptivos, canales digitales) con lo establecido (marcas tradicionales, rituales culturales).

2. Disrupción y poder (Deleuze, Foucault)

  • Deleuze vería aquí líneas de fuga: consumidores que escapan de modelos homogéneos hacia formas diversas de autoexpresión. El maquillaje ya no es solo normativo, sino espacio de experimentación identitaria.

  • Foucault mostraría cómo el discurso de la belleza articula relaciones de poder: lo que se define como “cuidado personal” legitima prácticas de consumo y construye regímenes de verdad sobre lo saludable, lo atractivo o lo deseable. La belleza es también un dispositivo de normalización.

3. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)

  • El crecimiento plantea preguntas éticas: ¿hasta qué punto se consideran los impactos ambientales de la producción cosmética? ¿qué responsabilidad tienen las marcas en cuanto al bienestar futuro (sostenibilidad, microplásticos, explotación laboral)? Jonas nos recordaría que el principio de responsabilidad debe orientar este sector más allá del beneficio inmediato.

4. Sistemas complejos (Luhmann, Morin)

  • Según Luhmann, la industria de la belleza opera como sistema autopoiético: crea sus propios códigos comunicativos (lo “natural”, lo “premium”, lo “anti-aging”) que se autorrefuerzan en medios y redes sociales.

  • Morin nos invita a ver la interconexión: lo económico (beneficios), lo cultural (identidad), lo tecnológico (IA para personalización), lo ecológico (impacto ambiental). El artículo refleja un sistema global complejo donde múltiples dimensiones se entrelazan.

5. Tecnología y subjetividad (Byung-Chul Han)

  • Han advertiría sobre la autoexplotación: el imperativo de “cuidarse” puede convertirse en presión constante, generando un yo que se auto vigila frente al espejo y en redes sociales.

  • La transparencia digital (tutoriales, reseñas en tiempo real) produce visibilidad total, pero también riesgo de superficialidad y ansiedad por comparación.


Conclusión

El texto muestra cómo la belleza se ha transformado en un fenómeno sistémico que mezcla creatividad, mercado, poder y subjetividad. Las oportunidades residen en la innovación, la democratización de la estética y la creación de identidades plurales. Los riesgos aparecen en la normalización de estándares, la presión psicológica y los impactos ambientales no resueltos.

Desde una mirada filosófica, la industria de la belleza no puede reducirse a un motor económico: es un espejo de cómo la sociedad gestiona sus deseos, tecnologías y responsabilidades.