Por qué hay tantas casas vacías en España si vive una "emergencia habitacional"

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Introducción

El artículo de BBC Mundo describe la crisis de la vivienda en España, marcada por precios de compraventa y alquiler en niveles históricos, dificultades de emancipación juvenil, protestas sociales y tensiones políticas. A pesar de haber 3,8 millones de casas vacías, muchas se concentran en zonas rurales despobladas o requieren rehabilitación. La situación se agrava por la especulación de fondos de inversión, el auge del alquiler turístico y la inseguridad jurídica percibida por los propietarios. Mientras tanto, colectivos de inquilinos exigen que la vivienda sea tratada como derecho y no como mercancía, en un contexto en el que incluso las medidas estatales de protección (como la suspensión de desalojos) generan controversia.


Análisis filosófico

1. Creatividad y emergencia (Bergson, Whitehead)

  • Bergson: El problema refleja un bloqueo del élan vital social: pese a la abundancia de recursos (casas vacías), la sociedad no consigue transformar este potencial en soluciones habitables. La energía vital se encuentra atrapada entre la especulación y la rigidez administrativa.

  • Whitehead: La vivienda se convierte en un ejemplo de proceso mal armonizado: la creatividad del mercado inmobiliario (turismo, inversión extranjera) no se equilibra con el bien común, generando un flujo caótico en lugar de una síntesis social.

2. Disrupción y poder (Deleuze, Foucault)

  • Deleuze: Las protestas por el derecho a la vivienda actúan como líneas de fuga, intentos de escapar de la lógica dominante del mercado especulativo. Sin embargo, esas fugas chocan con estructuras rígidas de propiedad y derecho privado.

  • Foucault: La vivienda se convierte en un campo de disputa discursiva y de poder: los propietarios denuncian inseguridad jurídica, mientras los inquilinos reclaman justicia social. Los regímenes de verdad sobre quién tiene razón dependen de qué discurso logra legitimarse: la “vivienda como derecho” frente a la “vivienda como propiedad inviolable”.

3. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)

  • La crisis pone de relieve la necesidad de una ética de la responsabilidad: políticas que equilibren derechos presentes (inquilinos vulnerables, propietarios) con los efectos futuros en cohesión social y sostenibilidad urbana. Mantener viviendas vacías durante años es un ejemplo de irresponsabilidad social en términos jonasianos: se niega un recurso esencial a generaciones jóvenes.

4. Sistemas y complejidad (Luhmann, Morin)

  • Luhmann: El sistema inmobiliario y el político se retroalimentan con dinámicas autopoiéticas: la especulación genera encarecimiento, lo cual alimenta protestas, que a su vez provocan reformas legales que generan nuevas tensiones con los propietarios.

  • Morin: El problema es complejo y no puede resolverse con medidas aisladas. Convergen factores demográficos, económicos, culturales y territoriales (España urbana vs. “España vacía”). Un enfoque sistémico es necesario para articular oferta, demanda y cohesión social.

5. Tecnología, transparencia y autoexplotación (Byung-Chul Han)

  • El auge del alquiler turístico, impulsado por plataformas digitales, ejemplifica cómo la tecnología transforma la vivienda en mercancía global, intensificando la autoexplotación de propietarios pequeños que buscan ingresos y la exposición excesiva de las ciudades al mercado global.

  • La transparencia del mercado digital no libera: multiplica la competencia y eleva precios, en detrimento de los residentes locales.

6. Hegemonía cultural y consumo (Gramsci, Marcuse, Bauman)

  • Gramsci: La narrativa de la vivienda como inversión y patrimonio perpetúa la hegemonía cultural del capitalismo inmobiliario.

  • Marcuse: La lógica de consumo convierte un derecho básico en mercancía, alienando a los ciudadanos que no logran emanciparse.

  • Bauman: La “modernidad líquida” se manifiesta en la precariedad habitacional: jóvenes que retrasan su independencia, alquileres temporales, movilidad forzada.


Oportunidades y riesgos

  • Oportunidades:

    • La crisis puede abrir un debate filosófico y político sobre el papel de la vivienda: ¿bien de consumo o derecho fundamental?

    • Políticas creativas en zonas rurales podrían reactivar la “España vacía” y redistribuir población.

    • La situación fomenta nuevas formas de organización social (sindicatos de inquilinos, movimientos urbanos).

  • Riesgos:

    • Profundización de la desigualdad intergeneracional: jóvenes sin acceso a vivienda frente a propietarios rentistas.

    • Pérdida de cohesión social y erosión de la confianza en las instituciones si la “emergencia habitacional” no se resuelve.

    • Agudización de la especulación global y precarización de la vida urbana.


Conclusión

El artículo muestra cómo la vivienda en España se ha convertido en un terreno de tensión entre economía, ética y política. Filosóficamente, refleja la colisión entre dos paradigmas: la vivienda como derecho humano y la vivienda como bien de mercado. El desafío es trascender la lógica unilateral del beneficio para articular un sistema complejo que asegure tanto justicia social como sostenibilidad territorial. La crisis habitacional, en suma, es un espejo de los dilemas contemporáneos: modernidad líquida, hegemonía cultural del mercado y la necesidad de una ética de responsabilidad que piense en el futuro.