Qué dice la psicología de las personas que salen de fiesta o ven películas para huir de la tristeza

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Introducción breve

El artículo de 20minutos analiza un fenómeno psicológico: las personas que recurren a fiestas, películas o actividades de ocio como mecanismo para escapar de la tristeza o el malestar emocional. La psicología plantea que estas conductas pueden tener un doble filo: por un lado, ayudan a distraerse y recuperar ánimo; por otro, si se convierten en hábito, corren el riesgo de funcionar como evasión que impide afrontar la raíz de los problemas.


Análisis filosófico por categorías

1. Creatividad (Bergson, Whitehead)

  • Desde Bergson, estas formas de evasión pueden interpretarse como un élan vital en miniatura: impulsos creativos para generar experiencias distintas que interrumpen la inercia de la tristeza. La vida busca novedad y las personas intentan producir momentos de alegría artificial para restablecer la continuidad de la duración.

  • Whitehead destacaría que ver películas o salir de fiesta encarna un proceso de armonía temporal: integrar lo nuevo (distracción) con lo existente (malestar emocional), aunque sin resolver necesariamente el conflicto de fondo.

2. Disrupción o poder (Deleuze, Foucault)

  • Deleuze lo leería como líneas de fuga: escapatorias que rompen con la rutina afectiva y abren territorios posibles (la fiesta como devenir-otro, el cine como viaje imaginario). No obstante, estas líneas pueden ser ilusorias si no transforman realmente la subjetividad.

  • Foucault señalaría que el discurso psicológico que clasifica estas conductas también es un dispositivo de poder: define qué es un “afrontamiento sano” y qué es “evasión patológica”. Así, se establecen regímenes de verdad que normativizan la gestión de la tristeza.

3. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)

  • Jonas invitaría a preguntarse por la responsabilidad hacia uno mismo y hacia los otros: ¿qué implica ocultar la tristeza bajo el ocio? Si se convierte en evasión permanente, puede generar irresponsabilidad afectiva al no atender las causas profundas ni cultivar vínculos sanos.

4. Sistemas complejos (Luhmann, Morin)

  • Luhmann vería en este fenómeno un ejemplo de cómo el sistema mediático y psicológico comunica expectativas sociales sobre la gestión emocional. El artículo reproduce dinámicas de autoobservación: la sociedad se observa a sí misma y prescribe modos de sentir.

  • Morin subrayaría que el problema no puede reducirse a una técnica de afrontamiento, sino que involucra redes complejas: cultura del ocio, mercado del entretenimiento, precariedad emocional y medicalización de la tristeza.

5. Tecnología, transparencia, autoexplotación (Byung-Chul Han)

  • Han interpretaría el consumo de películas o fiestas como síntomas de la sociedad del cansancio: se busca anestesia inmediata para no enfrentarse al vacío. La evasión se convierte en autoexplotación emocional, donde la obligación de “estar bien” produce más agotamiento.


Conclusión

El texto muestra cómo prácticas aparentemente triviales (ver películas, salir de fiesta) revelan tensiones profundas entre creatividad y evasión, entre libertad y control social. Desde una perspectiva filosófica:

  • Oportunidades: permiten momentos de respiro, creatividad lúdica y apertura a experiencias distintas.

  • Riesgos: pueden reforzar dinámicas de autoexplotación, perpetuar el ocultamiento de la tristeza y normalizar discursos psicológicos que imponen un ideal de felicidad constante.

En síntesis, la evasión lúdica es ambivalente: línea de fuga que puede generar transformación o simple circuito de repetición que deja intactas las causas del malestar. La clave filosófica está en distinguir entre evasión creativa (transformadora) y evasión anestésica (bloqueadora).