Qué es el ‘mankeeping’: cuando ser la novia se parece demasiado a ser la terapeuta, y sin vacaciones

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Introducción breve

El artículo de El Confidencial analiza el fenómeno denominado “mankeeping”, que describe cómo en muchas relaciones de pareja las mujeres terminan asumiendo el rol de terapeutas, coaches emocionales o gestoras del bienestar de sus novios. Esta práctica invisibiliza el desequilibrio de cargas emocionales: mientras ellas sostienen, escuchan y corrigen, ellos delegan en sus parejas un trabajo afectivo y psicológico que debería corresponder a la responsabilidad individual. El texto cuestiona las dinámicas de género que perpetúan esta desigualdad y alerta sobre el desgaste emocional de quienes ejercen este rol no reconocido.


Análisis filosófico

1. Creatividad y experiencia (Bergson, Whitehead)

  • Desde la óptica de Bergson, el fenómeno revela cómo la vida emocional puede ser sofocada cuando se reduce a funciones utilitarias. El “élan vital” que impulsa a cada persona a crecer se frena si una de las partes queda atrapada en la tarea de gestionar al otro.

  • Para Whitehead, la relación debería ser un proceso armónico y dinámico, donde ambos se transforman en interacción. El mankeeping muestra una ruptura de esa armonía: lo nuevo (la emergencia de vínculos igualitarios) se ve obstaculizado por inercias culturales que mantienen la asimetría.

2. Disrupción y poder (Deleuze, Foucault)

  • Con Deleuze, el “mankeeping” funciona como una estructura rígida que limita las líneas de fuga hacia relaciones más libres. La diferencia se anula porque uno de los miembros queda en el rol fijo de cuidador emocional.

  • Foucault ilumina cómo el discurso del “cuidado natural femenino” produce un régimen de verdad: se espera que las mujeres asuman esa tarea, legitimando relaciones de poder desiguales. El mankeeping es, en este sentido, un dispositivo de control afectivo.

3. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)

  • Aplicando el principio de responsabilidad, las parejas deberían reconocer que el trabajo emocional no puede recaer en una sola persona. Hay aquí una falta de previsión sobre las consecuencias a largo plazo: el desgaste psicológico, la frustración y la perpetuación de estereotipos de género.

4. Sistemas complejos y dinámicas sociales (Luhmann, Morin)

  • Con Luhmann, se puede interpretar el mankeeping como un mecanismo de comunicación dentro del sistema social que mantiene ciertos roles de género. El periodismo, al visibilizar el concepto, introduce una observación de segundo orden: la sociedad empieza a reflexionar sobre su propia dinámica emocional.

  • Para Morin, este fenómeno conecta dimensiones íntimas (relaciones de pareja) con dimensiones sociales (estructuras de género), mostrando la complejidad sistémica: lo personal es estructural.

5. Tecnología, autoexplotación y agotamiento (Byung-Chul Han)

  • Aunque el artículo no se centra en lo digital, la lógica que describe se conecta con lo que Han denomina autoexplotación emocional: las mujeres se convierten en “gestoras del otro”, normalizando un desgaste que se presenta como voluntario o amoroso. La transparencia emocional exigida a ellas no se exige a ellos, lo que genera un desequilibrio.


Oportunidades y riesgos

Oportunidades:

  • Nombrar el mankeeping permite visibilizar un problema cultural y abrir debates sobre nuevas formas de relación más igualitarias.

  • El artículo contribuye a la autocrítica social, rompiendo con discursos hegemónicos que invisibilizan el trabajo emocional femenino.

Riesgos:

  • Existe la posibilidad de banalizar el concepto, reduciéndolo a una moda terminológica sin producir cambios estructurales.

  • Si se normaliza la idea de que “ellas cuidan, ellos reciben”, se perpetúa la desigualdad y se refuerza el poder simbólico masculino en lo íntimo.


Conclusión

El fenómeno del mankeeping revela una asimetría en la gestión de las emociones que refleja estructuras de poder y género. Desde Bergson y Whitehead, se observa cómo este rol bloquea el impulso creativo y la armonía relacional. Con Deleuze y Foucault, se identifican mecanismos de poder y discurso que reproducen desigualdades. Jonas aporta la dimensión ética, advirtiendo sobre la irresponsabilidad de delegar el cuidado emocional en un solo actor. Luhmann y Morin permiten ver este problema como un nodo en un sistema social más amplio, mientras Han ayuda a identificar la autoexplotación y el desgaste cultural.

En síntesis, el artículo ofrece una oportunidad crítica para revisar nuestras concepciones de pareja y cuidado emocional, pero también alerta sobre el riesgo de que este desequilibrio siga reproduciéndose bajo nuevas etiquetas.