1. Identificación del contexto
El texto aborda la imposibilidad práctica de que Europa rompa con Israel pese a los conflictos éticos y humanitarios vinculados a Gaza. El artículo revela una paradoja estructural: los países europeos condenan públicamente la violencia israelí y reconocen a Palestina, pero mantienen vínculos estratégicos con Israel en áreas críticas —defensa, inteligencia y tecnología digital—.
El núcleo del argumento reside en la interdependencia tecnológica generada a lo largo de décadas, que une la industria militar y civil israelí con la infraestructura de seguridad europea. España es presentada como un caso emblemático: intenta aplicar sanciones, pero deja abierta una cláusula de “seguridad nacional” que mantiene los lazos.
El artículo, en suma, describe una red sistémica de poder y dependencia, donde los intereses tecnológicos y geopolíticos se sobreponen a las exigencias éticas y políticas.
2. Aplicación de perspectivas filosóficas
A. Michel Foucault – Poder, conocimiento y regímenes de verdad
El análisis foucaultiano permite entender cómo el discurso de la “seguridad nacional” actúa como mecanismo de legitimación de un sistema de poder.
Europa mantiene una narrativa pública de defensa de los derechos humanos, pero su discurso está atravesado por un régimen de verdad según el cual la tecnología militar israelí es indispensable para la estabilidad.
El conocimiento técnico (ciberseguridad, inteligencia, defensa) se convierte así en una forma de poder biopolítico: controla infraestructuras, flujos de información y decisiones políticas.
El artículo muestra, sin nombrarlo, que el poder no opera solo mediante coerción, sino mediante dependencia y saber especializado.
B. Gilles Deleuze – Disrupción y líneas de fuga
Desde Deleuze, el sistema descrito es una máquina de captura: una red que absorbe tanto lo militar como lo civil en un flujo continuo de innovación y control.
El “Valle del Silicio israelí” no es solo una zona económica, sino una estructura de devenir tecnológico que produce subjetividades —una forma de pensar la seguridad, el progreso y la eficiencia—.
Las tímidas reacciones éticas (boicots, vetos, presiones) pueden interpretarse como líneas de fuga: movimientos que buscan escapar del control del sistema. Sin embargo, el artículo muestra que estas líneas son rápidamente reabsorbidas por la lógica de la interdependencia.
C. Hans Jonas – Ética de la responsabilidad
El principio jonasiano exige prever las consecuencias futuras de nuestras acciones tecnológicas.
El texto revela una falla ética profunda: los países europeos actúan bajo criterios de inmediatez política y seguridad presente, sin considerar las consecuencias a largo plazo de sostener sistemas tecnológicos que alimentan conflictos armados.
Jonas propondría una “ética del futuro” que obligue a evaluar la responsabilidad moral de la dependencia tecnológica, incluso si esto supone sacrificar ventajas estratégicas o económicas.
D. Niklas Luhmann y Edgar Morin – Sistemas complejos y autopoiesis
Desde la teoría sistémica, Europa e Israel conforman un sistema autopoiético de seguridad tecnológica: se retroalimentan en la producción de innovación y defensa, generando sus propias reglas internas.
La “telaraña” mencionada en el título es una metáfora de la autopoiesis: una red que se mantiene a sí misma mediante comunicación y contratos, independientemente de las presiones morales externas.
Morin añadiría que este sistema ilustra la complejidad global: cada decisión local (un contrato militar, una inversión tecnológica) tiene implicaciones planetarias —éticas, económicas y culturales—.
E. Byung-Chul Han – Tecnología, transparencia y autoexplotación
La dependencia digital descrita no es solo económica sino existencial: Europa vive inmersa en un ecosistema de vigilancia, ciberseguridad y control del que depende su propio orden político.
Han interpretaría esta situación como una autoexplotación estructural: los países europeos, en nombre de la eficiencia y la seguridad, perpetúan la opacidad y renuncian a la transparencia ética que exigen a otros.
La “seguridad nacional” opera como un velo que impide la autocrítica colectiva y naturaliza la asimetría de poder tecnológica.
F. Antonio Gramsci y Jean Baudrillard – Hegemonía y simulacro
Gramsci ayudaría a entender cómo la hegemonía cultural estadounidense e israelí se reproduce en Europa mediante valores de innovación, seguridad y progreso tecnológico.
Baudrillard, en cambio, revelaría la dimensión simbólica del fenómeno: Europa simula una posición moral independiente, pero en realidad participa de una hiperrealidad política, donde los gestos de ruptura son imágenes sin efecto real.
El “veto ético” se convierte en un simulacro de autonomía, mientras la infraestructura de poder sigue intacta.
3. Identificación de oportunidades y riesgos
Oportunidades:
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El artículo abre una discusión pública sobre la ética tecnológica, permitiendo revisar los fundamentos morales de la cooperación internacional.
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Ofrece una visión sistémica del conflicto, invitando a pensar en formas alternativas de soberanía tecnológica que reduzcan la dependencia estructural.
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Introduce un espacio de crítica al discurso tecnocrático dominante en la Unión Europea.
Riesgos:
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La naturalización de la dependencia puede consolidar una hegemonía tecnopolítica donde los valores éticos quedan subordinados al poder técnico.
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La instrumentalización de la “seguridad” puede seguir justificando violaciones de derechos humanos bajo marcos de necesidad.
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Existe el peligro de una banalización moral, donde los gestos simbólicos de ruptura (vetos, declaraciones) sustituyen la acción transformadora.
4. Conclusión
El texto de El Confidencial describe, sin decirlo explícitamente, la lógica del poder tecnológico contemporáneo: una red global donde la moral y la soberanía quedan atrapadas en la eficiencia y la seguridad.
Desde Foucault hasta Byung-Chul Han, el análisis converge en una idea: la dependencia tecnológica no es solo material, sino epistemológica y ética.
Europa, en su intento de mantener su identidad moral frente al conflicto en Gaza, revela su propia contradicción: un continente que predica derechos humanos, pero cuya infraestructura digital y militar está sostenida por el mismo sistema que critica.
El desafío filosófico no es solo político, sino civilizatorio: ¿puede una sociedad liberarse de un poder tecnológico del que depende su propia supervivencia?