Introducción
El artículo de 20 Minutos aborda las protestas en Marruecos protagonizadas por la Generación Z, que ha tomado las calles desafiando al régimen. Los motivos centrales incluyen la precariedad económica, la falta de libertades, la corrupción, la desigualdad social y la ausencia de horizontes de futuro para la juventud. La narrativa muestra a un grupo social joven que, en un contexto de represión política y control autoritario, emerge como sujeto de cambio y resistencia. Los actores principales son:
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La juventud marroquí (Generación Z): precarizada, conectada digitalmente y con aspiraciones globales.
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El régimen marroquí: caracterizado por centralismo autoritario y estructuras de poder rígidas.
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La sociedad civil: dividida entre la apatía y el apoyo a los jóvenes.
Análisis filosófico
1. Creatividad y emergencia (Bergson, Whitehead)
El estallido juvenil refleja un impulso vital (élan vital) bergsoniano: un movimiento creativo que busca superar las estructuras opresivas y abrir nuevas formas de vida social. Los jóvenes generan narrativas propias a través de redes sociales, usando la duración vivida como experiencia compartida de precariedad y descontento. Desde Whitehead, este fenómeno es un proceso en flujo, donde la juventud introduce nuevas combinaciones sociales que buscan armonizar lo local con lo global.
2. Disrupción y poder (Deleuze, Foucault)
Con Deleuze, estas protestas son líneas de fuga que escapan de la rigidez del régimen, marcando un devenir político aún en construcción. Con Foucault, puede analizarse cómo el discurso oficial busca deslegitimar a los manifestantes, mientras ellos desafían los regímenes de verdad establecidos. La lucha no solo es material, sino también discursiva: ¿qué significa “libertad” y quién tiene derecho a definirla?
3. Ética y responsabilidad (Hans Jonas)
La juventud marroquí encarna la ética del futuro: sus demandas no se limitan al presente inmediato, sino que apuntan a la posibilidad de un porvenir más justo. Sin embargo, el régimen enfrenta la disyuntiva de asumir responsabilidad para evitar una fractura social mayor o perpetuar un modelo que condena a nuevas generaciones a la frustración.
4. Sistemas y complejidad (Luhmann, Morin)
Desde Luhmann, el sistema político marroquí busca autopreservarse generando sus propias narrativas de orden y estabilidad, mientras el sistema social (la juventud) introduce disonancias comunicativas que lo tensionan. Morin aporta la noción de pensamiento complejo: estas protestas no son aisladas, sino que se inscriben en dinámicas globales de precarización juvenil, digitalización y erosión de legitimidades estatales.
5. Tecnología y autoexplotación (Byung-Chul Han)
Las redes sociales amplifican la protesta, pero también generan fatiga digital y exposición, en un equilibrio ambiguo entre empoderamiento y vulnerabilidad. La Generación Z, al difundir su precariedad y frustración, cae en una dinámica de transparencia forzada, donde todo debe mostrarse para existir políticamente.
6. Colonialismo, hegemonía y crítica social (Fanon, Gramsci, Žižek, Bauman)
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Con Fanon, se observa un eco del poscolonialismo: los jóvenes desafían un sistema que perpetúa jerarquías heredadas de estructuras coloniales, ahora internalizadas en el propio régimen.
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Desde Gramsci, se evidencia una lucha contra la hegemonía cultural oficial que intenta naturalizar la falta de libertades como estabilidad.
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Žižek invita a ver las contradicciones: un Estado que se publicita como modernizador frente a Europa, pero que en el interior reprime a su juventud.
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Bauman aporta el concepto de modernidad líquida: los jóvenes experimentan incertidumbre y fragilidad, sin certezas de futuro, en una sociedad que les ofrece movilidad restringida y promesas incumplidas.
Conclusión
Las protestas de la Generación Z en Marruecos revelan un choque entre un régimen rígido y un sujeto social emergente que busca reinventar su destino.
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Oportunidades: apertura de nuevas formas de ciudadanía, uso creativo de la tecnología, visibilización global del descontento juvenil.
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Riesgos: represión autoritaria, agotamiento generacional, captura del movimiento por discursos oficiales o fatiga digital.
El análisis muestra que este fenómeno no es solo político, sino existencial y filosófico: se trata de una lucha por el derecho a imaginar un futuro diferente frente a la opresión del presente.