I. Introducción breve
El artículo consiste en una entrevista a Francesc Torralba, filósofo y profesor universitario, quien reflexiona sobre los cambios en la sensibilidad de las nuevas generaciones, especialmente en el contexto académico. Se centra en el fenómeno denominado “generación de cristal”, aludiendo a estudiantes que manifiestan una alta sensibilidad emocional, una baja tolerancia a la frustración y una necesidad constante de validación externa. Torralba plantea estos cambios como expresión de una transformación cultural profunda que afecta a la educación, la comunicación y la ética del diálogo.
II. Análisis filosófico
A. Ética y Responsabilidad (Hans Jonas)
Torralba advierte de la necesidad de cultivar el pensamiento crítico y el sentido de responsabilidad frente a una cultura de la inmediatez y la sobreprotección emocional. Desde la perspectiva de Jonas, esto se relaciona con una ética del futuro: si la educación forma a quienes tomarán decisiones relevantes, ignorar el fortalecimiento ético y emocional de los jóvenes pone en riesgo la sostenibilidad del tejido social. El principio de responsabilidad exige formar sujetos autónomos, no dependientes emocionalmente del reconocimiento externo.
B. Poder y Conocimiento (Michel Foucault)
El discurso sobre la “ofensa” como límite del diálogo implica relaciones de poder invisibles. Foucault permite interpretar cómo ciertos discursos emocionales pueden transformarse en nuevos regímenes de verdad: lo ofensivo deja de ser analizado en términos éticos o argumentativos y pasa a ser definido por la sensibilidad subjetiva. Así, se instala una nueva forma de regulación del discurso académico y social, basada más en afectos que en razones, lo que reconfigura la autoridad epistemológica en la universidad.
C. Disrupción y Diferencia (Gilles Deleuze)
La sensibilidad extrema que describe Torralba podría ser vista, desde Deleuze, como una forma de resistencia al cinismo o a la crudeza del discurso dominante. Pero, en lugar de devenir en creatividad o nuevas líneas de fuga, el fenómeno cristaliza en una reacción defensiva que bloquea la apertura al conflicto como fuente de conocimiento. El artículo denuncia que esta actitud, lejos de producir diferencia, tiende a homogenizar el discurso y a cancelar la disidencia crítica.
D. Sistemas complejos y comunicación (Niklas Luhmann / Edgar Morin)
Desde Luhmann, el sistema educativo es autopoiético y define sus propias reglas de operación. Si estas reglas empiezan a depender más de lo emocionalmente aceptable que de lo epistemológicamente riguroso, estamos ante una mutación sistémica. Morin aportaría aquí la noción de pensamiento complejo: la educación no puede reducirse a proteger sensibilidades; debe integrar conflicto, ambigüedad y contradicción como parte de la formación. La “generación de cristal” muestra que el sistema cultural privilegia la comodidad emocional sobre la formación crítica.
E. Tecnología y autoexplotación (Byung-Chul Han)
Torralba señala que los estudiantes no soportan la crítica, y buscan validación continua. Esto conecta con la noción haniana de psicopolítica digital: sujetos que se autoexplotan buscando likes, aprobación y evitando cualquier forma de negatividad. La “fragilidad” no es solo emocional, sino estructural, producto de una cultura de transparencia, rendimiento y positividad forzada. La sobreexposición en redes y la validación constante debilitan la interioridad y fomentan una identidad frágil y reactiva.
F. Modernidad líquida (Zygmunt Bauman)
La dificultad para sostener opiniones contrarias o recibir críticas sin sentirse atacado puede leerse como una manifestación de la fluidez identitaria que describe Bauman. Las identidades se vuelven líquidas, sin estructuras sólidas que permitan tolerar el conflicto. Esto impide el arraigo y favorece la disolución de marcos éticos compartidos, esenciales para el debate académico.
G. Lenguaje y percepción (Wittgenstein / Habermas)
Desde Wittgenstein, la idea de “ofensa” funciona como un juego de lenguaje: depende del contexto y de las reglas tácitas del grupo. Si estas reglas cambian (como señala Torralba), la percepción de lo ofensivo también cambia, generando choques entre generaciones. Habermas alertaría sobre el riesgo de que el discurso emocional sustituya al diálogo racional, debilitando el espacio público como lugar de deliberación y consenso.
III. Conclusión: riesgos, oportunidades y hallazgos conceptuales
Oportunidades
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El artículo abre un espacio para discutir los límites entre sensibilidad, libertad de expresión y formación crítica.
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Invita a repensar la función de la universidad y su rol en el fortalecimiento ético y emocional de los estudiantes.
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Sugiere que la empatía y el cuidado deben integrarse sin renunciar a la exigencia intelectual.
Riesgos
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La fragilidad emocional como norma puede transformar la universidad en un espacio de complacencia, no de confrontación intelectual.
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La cancelación del discurso crítico por considerarlo “ofensivo” implica una forma de censura emocional.
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Se debilita el pensamiento complejo en favor de una lógica binaria: bueno/malo, seguro/peligroso, aceptable/ofensivo.
Hallazgos conceptuales
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El texto permite aplicar una amplia gama de perspectivas filosóficas: desde la ética de Jonas hasta la crítica cultural de Byung-Chul Han.
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Muestra cómo los discursos culturales actuales reformulan el poder, la verdad y la subjetividad.
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La “generación de cristal” no es solo una descripción sociológica, sino el síntoma de una mutación ontológica en la forma de habitar el conflicto y el lenguaje.